Memoria: Aunque hoy nos separe la distancia, debemos recordar siempre al amigo/a que en algún momento nos consoló, nos hospedó, nos animó... nos amó.
Prudencia: Debemos respetar el horario de nuestros amigos.No invadamos su prvacidad, creyendo que el ser amigos nos da derecho absolutos sobre la vida.
Sinceridad: No hay verdadera amistad sin una confianza plena. Todo tiene que estar sobre la mesa. Yo creo en la amistad , a corazón abierto.
Humildad: Necesitamos la humildad para pedir perdón cada vez que nos equivoquemos.
Necesitamos también amplitud de corazón para saber perdonar.
Generosidad: en la verdadera amistad no se busca recibir sino dar.
Entre amigos entregamos nuestro tiempo, nuestro afecto, y nuestras oraciones. Colmado de felicidad o de sufrimiento, el corazón tiene necesidad de compartir.
Cuidemos de nuestras amistades; no las usemos.
Los amigos que se usan, se gastan; pero los amigos bien cuidados duran muchisimos años.
Porque la alegría compartida es doble alegría, y el dolor compartido es la mitad del dolor.