UNA TARDE COMO OTRA

Una tarde como otra
Si, una tarde mas, pienso que quiero hacer, mejor que me apetece...por un instante imagino eso tan ansiado, pero no... no puede ser por ahora. Tendría que estar cansada y reprimir mis sueños, pero no... sueño una vez mas.
Me acomodo en el sofá, me cubro con la mantita, esa que es como parte de la familia, que toda la vida cubrió a los niños de esta casa; con docenas de lavados y aun huele a infancia, incita a recordar otros tiempos; me cubre de ternura, su tacto es como una caricia para mis manos, también yo la acaricio como si tuviera vida propia.
Me dejo arrastrar, me sumerjo en el confort de lo simple, pero entrañable, medito o simplemente me abandono al momento... Cierro mis ojos, respiro profundamente, intento soltar el aire pausadamente, mientras siento mis pulmones vaciarse de aire...no oigo nada, ni música, ni ruidos cotidianos; estoy sola. Escucho el silencio y pienso en lo hermoso de la nada.
Nada, nada hay que pueda hacerme daño si yo no quiero, busco y encuentro esa paz que necesita mi alma. ¿Cuanto tiempo estoy así?, una hora, tres... toda la tarde...¿Que importa?. Es una tarde mas de fin de semana, una tarde fría de otoño, donde fuera de mi, de estas paredes que son mi hogar... el otoño se manifiesta con sus colores ocres y pálidos, sus gélidas noches, la desnudez de los árboles, los débiles rayos de sol, la danza de las hojas en vuelo por el viento...
Y yo, en mis infinitas distancias de lo cotidiano, allá, donde solamente puedo llegar yo, en donde,(siempre lo digo), cada cosa tiene sentido... la cosa mas humilde es inmensa si te llega al corazón.
Disfruto del calor del hogar, acurrucada, abrazada a mi misma, admirada y asombrada... aceptando que mis sueños no me abandonan jamás.
Cierro mis ojos y respiro profundamente... esta vez es un suspiro...
La nada, el silencio, la quietud de la tarde, dejan paso a la realidad, a una voz... escucho:
¡" Ya estoy aquí, mama "!

Besos para todos los colores.
Maria.

María hasta de la rutina, consigues hacer belleza.

belleza y melancolia intrigada, muy buena exposicion de los sentimientos que en ese momento tenia, aunque como sabes yo le daria un par de cachetes y le diria que se fuera a pasear, y se dejara de autocompadecerse, jeje.

un abrazo