LA MAGIA ASTRALLa técnica que estudiaremos ahora se apoya enteramente en la facultad imaginativa, sin el auxilio de ningún gesto ritual.
Esencialmente está relacionada con la creación de formas en la Luz Astral que se utilizan como vehículos para las Inteligencias Interiores hacia las cuales están dirigidas. Estas formas se conocen también como "imágenes telesmáticas".
Este sistema de trabajo se conoce generalmente como Magia Astral, y pertenece al dominio de Yesod, llamado en ocasiones "El Tesoro de las Imágenes".
En algunos casos el método exige que usted se perciba como un personaje determinado en una representación mental simbólica, siendo el objetivo el de evocar las cualidades y las experiencias de ese personaje en usted mismo.
puedes con toda razón cuestionar la validez de este sistema. La crítica evidente pondrá de relieve que quien la use estará viviendo en un mundo de ensueño y fantasía, en un cuento de hadas autoinducido.
Esto resultaría exacto, naturalmente, si el usuario olvidara el enfoque del simbolismo en la forma que hemos propuesto a lo largo de todo este libro. No obstante, suponemos que el interesado es un mago competente, que usa un sistema simbólico controlado, consciente de que las imágenes han sido creadas por él mismo.
Aun así, ¿cuál es el fundamento psicológico de esto? ¿Dónde se encuentra el punto de contacto con la vida diaria?
Para encontrar la respuesta, vuelva a nuestra anterior definición de la magia, donde la consideramos también como un medio para la evolución personal.
Las figuras heroicasEn las diferentes etapas de la vida, todos hemos sentido la necesidad de los mitos y de las figuras de los héroes. Y en verdad, son necesarios, puesto que nos proporcionan símbolos de las metas que podemos lograr y nos muestran algo de lo que queríamos tratar de alcanzar.
En el caso de los niños muy pequeños, los padres son figuras heroicas a quienes copian y con quienes se identifican en sus juegos. Más adelante, pasan gradualmente de los héroes populares y tradicionales a los contemporáneos. En cada caso, los niños viven con la esperanza de poder recrear íntimamente las características y las actitudes de estas figuras.
A medida que crecemos, algunas de estas figuras quedarán atrás, como los Reyes Magos y Robin Hood; hay otras, sin embargo que en forma continua nos seguirán inspirando a que las imitemos, en especial en lo que concierne a la religión y al deporte.
Este es el motivo por el cual la familia es tan importante. Si los padres brindan las cualidades heroicas apropiadas, el niño se beneficiará. Por desgracia, no siempre es así. Con frecuencia, el niño tiene que encontrar sus propias figuras heroicas, y así por ejemplo, uno que carezca de influencias paternas puede elegir una figura que exprese hombría y virilidad. Es de esperar que no elija copiar el hampón que tenga más a mano.
La superación de estas imágenes llega cuando hemos incorporado a nuestro acervo las cualidades que nuestra imaginación había puesto en ellas.
Se trata, simplemente, de un ir a la búsqueda de la propia identidad, que no es sino otra etapa en el camino hacia la realización de la máxima: "Conócete a ti mismo".
Todo esto se encuentra en el dominio de Yesod, el plano de la Ilusión. Piense en los tiempos de su primer amor, recuerde hasta qué punto esa persona parecía ser la criatura viviente más perfecta, y de qué manera esta ilusión se desdibujó con el tiempo, si no completa al menos parcialmente. Tenemos por costumbre construir imágenes alrededor de las cosas que, o bien se disipan con nuestra propia y creciente madurez, o bien se tornan permanentes porque sus cualidades están todavía más allá de nuestro propio e inmediato potencial.
Yesod está estrechamente vinculado con los años formativos de la pubertad, cuando es mayor la necesidad de las figuras míticas. Pero la lección de Yesod es de independencia en todos los planos y en todas las formas. A medida que las cualidades de Yesod se absorben se hace cada vez menor la necesidad de una dependencia con respecto a las figuras heroicas, maternas o paternas. Se trata de un proceso para ver más allá del esplendor que oscurece la verdadera esencia de las cosas. Una gran parte de los valores negativos de la magia está ahí, porque nosotros mismos la hemos puesto y uno de los propósitos de este libro es tratar de eliminar algunos de esos preconceptos negativos.
Aunque ésta parezca una digresión con respecto a la Magia Astral, es importante que comprendamos el fundamento psicológico que a diario se encuentra tras ella, pues ¿de qué otro modo puede operar la magia?
Ideas fundamentales
Recuerde que no son las imágenes mismas las importantes, sino las fuerzas o las experiencias colectivas que se encuentran tras ellas. Los psicodramas mentales involucran símbolos y personajes arquetípicos que intervienen en situaciones que se encuentran más allá de nuestras experiencias normales. Tratamos de absorber algunas de estas experiencias o, más bien, de extraer de nosotros mismos las cualidades que estamos buscando, y para ello utilizamos símbolos cuidadosamente elegidos que las vinculan con las realidades interiores.
Las ideas variables acerca de los símbolos aparecerán como variaciones en los símbolos mismos. Se necesita una gran concentración, pues resulta inútil apurarse en este trabajo. Realícelo lentamente, examinando, analizando cada paso y cada símbolo, e introduciendo en ellos nuevos conceptos. A medida que los conceptos se desarrollen, los símbolos ganarán en poder.
Esencialmente, la Magia Astral no es sino una meditación que se realiza por medio de imágenes visuales.
Algunos la encuentran más aceptable que el análisis meditativo de los conceptos abstractos, pero debemos
pensar acerca de esto. Otros prefieren esta forma de trabajo porque encuentran pesado y sin perspectivas lo que ofrece la austeridad relativa del misticismo.
Una sesiónConsideremos una sesión típica, para luego analizarla.
Siéntese o recuéstese confortablemente, respirando en forma calma y uniforme. Vacíe su mente de todos los pensamientos e imágenes que le resulten extraños.
El viaje empieza en una playa; que no es una playa ordinaria puesto que su arena es de tonalidades amarillo limón y verde oliva.
Usted está recostado a pocos metros del mar en esta playa, que se extiende a sus espaldas hasta el infinito. Si bien el sol quema, sus rayos nos tuestan la piel, pero en cambio le despiertan un deseo de atraparlos en su misma fuente para absorberlos en lo más íntimo de su ser. Usted entonces se extiende para asirlos, para tocar el Sol que parece tan grande y cercano, pero fracasa y vuelve a hundirse en la arena.
Por debajo, está la solidez de la Tierra, firme, sólida y maciza, mientras usted se siente como una mera motita sobre la superficie. La Tierra le ofrece un bienestar firme y sólido, mucho más que ese Sol distante. Y sin embargo...
Pero la sensación del mar tan cercano lo aleja de estos pensamientos. Se sienta y mira por encima de sus rompientes violadas. Súbitamente, toda la superficie es invadida por una poderosa figura. Un Neptuno clásico surge del mar; riendo eleva una copa de plata llena de un líquido brillante y se la ofrece para luego hundirse de nuevo en el mar antes que pueda aceptarle su tácita invitación.
Profundamente conmovido por esta figura divina que inspira reverencia, hace los nueve pasos que le separan del oleaje y se mete en el agua; al hacerlo, siente que se disuelve en el mar y se identifica con el mar, sintiendo sus corrientes y mareas como propias.
Durante una aparente eternidad permanecerá en ese estado, completamente unido al mar, pero en forma gradual y persistente le llega un llamado que desde arriba parece convocarle.
El que llama es Miguel, vestido con sus ropas de fuego y apuntándole con su lanza. Al ver la benevolente sabiduría de sus ojos, usted recuerda su impulso originario y le llama con toda la fuerza de su anhelo espiritual.
Usted se reagrupa en una entidad compacta. Ya no es más el mar; es hora de ir más allá.
Asiendo el extremo de la lanza que le es ofrecida, usted se encarama a Miguel. A sus espaldas se ve un Sol colosal, que está a escasa distancia, a pocos pasos. Miguel sonríe ante su temor y vacilación, pero tomándolo del hombro con gentileza lo lleva hacia ese Sol.
A medida que se acerca comprende que de allí emana más una intensidad espiritual que un calor físico, los rayos lo sumergen, borrándolo todo, con excepción de las nubes doradas que giran, moteadas de rosa y salmón, que fluyen y asumen la forma de un torbellino.
Ahora no puede ver a Miguel, pero puede sentir su presencia cercana. Todo lo que ahora percibe es que está siendo absorbido en ese vórtice, y arrojado de nuevo a la tierra firme.
Lo peor ha pasado, y mientras mira a su alrededor le invade una confianza y una inspiración como nunca antes ha tenido, con la sensación de que está en el borde de una tierra conocida pero por mucho tiempo olvidada. Los colores del fuego, los montes flamígeros en la distancia, todo conspira para encender algo en su interior.
Pero su preocupación inmediata se concentra en el camino que recorre: es ancho, lleva a una construcción situada a la distancia y está montado por un gran hexagrama dorado. se momento está Miguel de vuelta y suavemente le empuja por la espalda para ponerlo en movimiento hacia ese lugar.
Cuando ha traspuesto el hexagrama se encontrará renovado, como un lagarto que ha perdido su vieja piel: más liviano, más feliz. Cercano ahora al edificio, hace una pausa al pie de los seis grandes y altos escalones que llevan a la entrada...
A cada lado de la entrada hay un león que gruñe. Pero recuerde que ha hecho un largo camino, y ha realizado algunas experiencias nuevas y extrañas; retroceder en esta etapa sería actuar como un vulgar cobarde. Ahora usted continúa avanzando en forma segura y determinada entre los leones, y advierte que ni son tan grandes como parecían a cierta distancia, ni por cierto tan espantosos.
Ahora se halla en la cámara interior, de corte hexagonal, con un altar en el centro, suficientemente grande para acomodar a una persona reclinada. Y eso es lo que usted hace...
Ahora utilizando cualquier sistema, invoque el espíritu de cualquier contacto solar que desea hacer, sea éste Apolo, Osiris, Miguel, Cristo o quienquiera. Para los fines de esta sesión que es esencialmente cabalística usemos a Miguel. Es aquí necesario percibir que la persona que lo había conducido era tan solo una imagen terrenal creada por usted mismo, a la cual había provisto de una esencia parcial de sus propias cualidades angélicas que lo condujeron hasta aquí. Ahora que ha elevado su conciencia hasta encontrarse más cerca de la Fuente, invoque al mismo Miguel para que pueda infundirle algunas de las cualidades de Tiferet.
Sea lo que fuere que usted quiera lograr, déle forma visual; véase así mismo en el futuro como quiere ser en relación con las cualidades hacia las cuales apunta. O quizás usted quiera alguna respuesta a una pregunta relacionada con los asuntos de Tiferet. Si fuera así, pregúntelo. No espere sin embargo que alguna voz resonante le conteste, sino que por el contrario, debe buscar alguna realización sosegada en el futuro cercano.
Ahora lo importante consiste en volver a encontrar la huella exacta de sus pasos anteriores, para regresar por el mismo camino por el cual vino. Ha elevado de alguna manera su conciencia (el punto hasta donde se llegue dependerá de la experiencia) y ahora debe volver a los niveles normales, y por ende recorra al revés las etapas de su viaje, hasta terminar de nuevo en la playa.
Análisis de la sesiónPara quien no esté al tanto de los pormenores del simbolismo, esto puede parecer extraño, pero realmente este viaje es una síntesis y una construcción que utilizó algunos de los símbolos vinculados con Tiferet. Equivale a usarlos todos juntos a modo de ariete para abrir una brecha en las barreras de la mente y para permitir así que emerja cierto tipo de actitud que asumirá su lugar en el carácter del operador.
Revise nuevamente las escenas y relea las descripciones de Tiferet para ver si puede relacionar ambas con los símbolos físicos o con las lecciones simbólicas de la vida.
El método usado puede ser aplicado, naturalmente, a cualquiera de las otras Esferas, pero es evidente que la estructura simbólica deberá ser correlativamente modificada.
Recuerde sin embargo que éste es tan solo un sistema de meditación como cualquier otro, y habría de perseverar con decisión y firmeza si quiere obtener algún resultado.
Aunque en este caso comenzamos a partir de una playa, muchos de los trabajos se inician en un templo, pues el tipo de sesión rige la dirección de salida. Algunos de los ejercicios preliminares de adiestramiento mágico incluyen la creación de un templo interior astral. Este, fruto de una imaginación adiestrada, es el importante y no el templo material exterior. Los equivalentes astrales de las armas les confieren fuerza, al estar ligados, como lo están, con la mente subconsciente. Este es el motivo por el cual debe visualizar el templo o las armas o cualquier cosa que corporice los conceptos que usted desea destacar. Tome los anuncios modernos, donde encontrará ejemplos como los siguientes: "¡Sea un hombre verdadero y compruebe lo irresistible que es con las mujeres!" En la mayoría de los casos el secreto reside en que usted se imagine como un lisonjero y suave seductor, y en la repetición de esa frase muy conocida que sugiere: "minuto a minuto, día a día, soy más atractivo en todo sentido". La idea subyacente es en gran medida la misma, y su propósito es hacer resurgir la confianza utilizando una imaginación controlada.
La visualización de un temploVisualicemos, entonces, un templo que construiremos por partes para finalmente instalarlo firmemente en los niveles astrales de la mente.
Será conveniente que tenga una estructura de cuatro paredes para que su relación con la cruz inscripta en el círculo sea evidente. Constituirá una plataforma de lanzamiento para sus sesiones cabalísticas, de modo que las baldosas tendrán sus colores de acuerdo con el esquema de Malkuth. De las paredes colgarán quizá tapices que muestren al Hombre, al León, al Toro y al Águila de Acuario, Leo, Tauro y Scorpio. El altar podría ser un doble cubo en blanco y negro, sobre el cual reposarán las armas mágicas, recubiertas por un paño de seda.
Estos serán los detalles generales, porque el resto tendrá que imaginarlo usted mismo, pues es quien tendrá que trabajar en él, no otro. Acostúmbrese a visualizar la escena en forma regular y detalladamente, para comenzar aquí su Magia Astral, retirándose por una puerta oculta detrás de las colgaduras adecuadas y volviendo por la misma puerta.
Mientras se encuentre en esta línea de acción, aquí hay otro ejemplo de visualización que puede resultar útil. Comience en su templo de pie cerca del altar, mirando hacia el Este (Acuario, Aire, Hod). Ahora imagínese aumentando de tamaño en forma rápida y continuada desarrollándose muy por encima del templo que quedará a sus pies hacia abajo, advirtiendo cómo la curvatura de la Tierra se convierte en un círculo completo con todo el globo por debajo. Vea cómo las estrellas se le acercan a medida que usted crece cada vez más, vea desaparecer la Tierra completamente, dispóngase a absorber la esencia de los soles, los planetas y las galaxias, hasta que ya no haya nada más para absorber y quede como Supremo, como el mismo Hombre Celestial. ¿Qué siente ahora? ¿Cuál es el significado de todo esto? ¿Qué fin práctico podría tener este ejercicio?
Estas preguntas debe contestarlas uno mismo, pues no se trata de ser incompetente en este momento. No creo que se puedan decir cosas como: "Cuando haga esto, experimentará eso", pues no hay dos personas para quienes las reacciones sean las mismas ante un estímulo dado.
Naturalmente, no hay ninguna razón para que usted no combine estas técnicas con algunos de los métodos rituales o con los ejercicios del Pilar Medio. Su propio ingenio puede decirle de qué manera hacerlo.
Formas divinasAl examinar las técnicas de visualización, aparece el tema de las formas divinas. Este tema está rodeado de una gran dosis de fascinación, que sería conveniente disipar. Los escritores modernos se refieren con frecuencia al modo de apropiarse la forma divina para lograr ciertos fines, dando la impresión de que si uno se imagina a sí mismo en la forma de Osiris o de cualquier otro, eso tendrá algún valor a causa de la estructura lineal de la figura..
Las formas divinas, por más exóticas o esotéricas que sean, no tienen ningún poder por la forma que pueden asumir. Aquellos lectores que busquen hechizos se sentirán intensamente desilusionados cuando se les diga una vez más que el poder reside en las emociones o sentimientos que puedan evocar. Si hay que ser irreverente o impertinente para destruir el hechizo, no vacilemos. Habría más valor en una forma divina de Bing Crosby que en la de cualquier divinidad egipcia, si esa persona expresara las cualidades y los aspectos que usted asocia con cualquier naturaleza que quisiera asumir.
Las formas divinas son tan solo artificios por medio de los cuales el visionario puede asumir una personalidad adecuada a la sesión que está realizando. Si usara los viejos mitos tradicionales de la Magia Astral, quizás estaría asumiendo las formas de Arturo, o las cualidades de Parsifal en busca del Grial. Es mucho mejor que elija una forma con la cual simpatice y se identifique, y no otra que le resulte extraña. Considere los efectos del culto del héroe en los niños y aprenderá mucho al respecto.
Consulte los cuadros que se encuentran al final de este libro, y observe la imagen divina de una de las Esferas, y luego las cualidades de la Esfera específica elegida. Ahora trate de relacionar ambas, trate de ser ambas. Así, en cierto sentido, usted se convertirá en esa divinidad al asumir la forma divina.
Tu propio nombreLa técnica final que podría resultar valiosa antes que sigamos adelante involucra el uso de su propio nombre. Después del Ritual de Confinamiento y antes de cualquiera de los ejercicios de visualización, repítase a sí mismo su propio nombre, mirando las letras, escuchando cómo su voz retumbante invade el universo para luego volver de nuevo hacia usted. Imagine que la totalidad de su fuerza vital se encuentra en ese nombre, y siéntase usted mismo, hasta su potencial último. Ahora quite la última letra del nombre, pero continúe entonándola quedamente en su mente. Luego haga lo mismo con la letra siguiente, y otra más, y a medida que omita cada letra perciba como su personalidad se desvanece, sienta como todo su yo se disuelve hasta que la última letra de su nombre haya desaparecido para entonces saber que le queda tan solo Vacío y Nada.
Este es simplemente un intento para lograr en su interior una cierta similitud con el estado de Ain Soph Aur. Empléelo para reforzar y complementar los Rituales de Confinamiento si le fuera necesario. El encantamiento medieval basado en la palabra Abracadabra está relacionado con este objetivo. Identificando una enfermedad con la palabra y luego reduciendo las letras de la palabra, se suponía que la enfermedad se desvanecería correlativamente.
ABRACADABRA
ABRACADABR
ABRACADAB
ABRACADA
ABRACAD
ABRACA
ABRAC
ABRA
ABR
AB
A
Nuevamente debemos recalcar la necesidad de volver a la conciencia normal por medio de una inversión de estas técnicas.
Fuente:
Bibliografia.- Magia Astral.
Tecnicas Astrales