La salicaria es una planta siempre verde originaria de Europa y Asia, y hoy muy común en zonas templadas. La raíz es dura y de ella brotan tallos rectos cuadrangulares. Las hojas son opuestas, alargadas y de borde entero.
Las numerosas flores, de color púrpura o escarlata, crecen agrupadas en racimos. La recolección se realiza en verano, cuando la planta está en flor.
La Lythrum salicaria, su nombre científico, es conocida como una planta medicinal desde la antigua Grecia y Roma, y ha sido un importante medicamento durante siglos. La salicaria, también nombrada popularmente arroyuela, tiene una amplia gama de efectos beneficiosos para la salud.
No sólo se utilizan en la medicina popular, sino también en productos farmacéuticos. Su actividad farmacológica se basa sobre todo debido a sus compuestos fenólicos, principalmente taninos.
Las flores en infusión, trituradas en polvo y en jarabe, se usan para combatir la diarrea; para ello también puede utilizarse la planta entera seca en tintura. Para los problemas oculares, como la conjuntivitis, puede hacerse un lavado de ojos con la infusión de las flores.
Para preparar una infusión astringente, necesitas 150 gramos de flores frescas -30-40 gramos si son secas- y un litro de agua. Hierve el agua y añade a las flores. Deja reposar durante 15 minutos y cuela. Bebe un vaso tres o cuatro veces al día.
Externamente se usa para tratar las venas varicosas, insuficiencia venosa, sangrado de encías, hemorroides y eczema. Por vía externa también se utiliza para curar heridas o úlceras, preparando una cataplasma con una decocción concentrada de toda la planta. Para problemas de la piel se puede aplicar una cataplasma que se prepara con la decocción concentrada de 250 gramos de salicaria en un litro de agua.