El Tarot de los Orishas trae consigo la magia y el misterio de África. Asimismo, este Tarot emplea, por primera vez, las poderosas energías del Candomblé Brasileño. El Candomblé se originó en el pueblo Yoruba del África Centro Occidental y es similar a la Santería en su veneración por los Orishas, arquetipos de energía sagrada, poderosa y pura. Entre los Orishas más importantes tenemos: Changó, el más poderoso de todos, Oyá, guardián de las puertas de la muerte, y Oshun, patrón del amor, el oro y el matrimonio.
Este rico y poderoso Tarot incorpora la imaginería del Candomblé, Numerología, Astrología y otros aspectos de la metafísica para retratar a sus arquetipos a través de fuerzas espirituales de innegable poder y que bien pueden actuar en situaciones espirituales de gran trascendencia como en escenas comunes de la vida diaria.
Considerado por muchos como una herramienta más potente que el Tarot tradicional, el Tarot de los Orishas traerá a la luz tus secretos más recónditos mediante imágenes e historias que se enriquecerán con el pasar del tiempo.
La influencia fundamental de los yoruba sobre nosotros fue ejercida a través de su religión y su imaginación. Su panteón de deidades u Orishas sigue siendo vivo e influyente, y motivo de interés por los estudiosos. En África cada Orisha estaba vinculado a una región o aldea, ya que se trataba de pueblos distantes y autónomos que vivían en economías cerradas. Así, el culto a estos Orishas era un culto local. En el territorio Yoruba se adoraba a Changó en Oyó, a Yemayá en Egba, a Oggún en Ekití y Oridó y a Ochún en Ijebu.
Además de estos cultos locales, había unos Orishas que eran adorados por todas las tribus de una región, como Obatalá, de quien todos los gobernantes yoruba se consideran descendientes. La importancia o posición de un Orisha depende de cuan grande era la tribu que lo adoraba, o de cuantas tribus lo adoraban.
En casi todos los casos, los Orishas son hombres divinizados después de muertos. El Orisha es una fuerza pura, inmaterial, que solo puede ser percibida por los humanos si se toma posesión de uno de ellos. El candidato a la posesión, elegido por el Orisha, es uno de sus descendientes.
Orígenes de la cultura yoruba
Los orígenes de este pueblo y de su cultura están tan ocultos en la antigüedad que resulta difícil decir cuándo y dónde comenzaron. Lo que sí está confirmado es que “yoruba” es una denominación básicamente lingüística, diferenciada de los demás dialectos del continente africano. Es, además, el término que identifica a todas las tribus que hablan esta lengua. Según algunos especialistas, los yorubas comenzaron un movimiento migratorio desde África Oriental a través de una ruta trans-africana hasta el Níger Medio. En este sentido, afirman que hace dos mil años o más el clima y la vegetación debieron ser más suaves y acogedores para los viajeros que hicieron esta ruta y que trajeron consigo sus creencias y cultura. Esta afirmación ha sido corroborada por hallazgos arqueológicos.
De acuerdo con la tradición africana este grupo estuvo dirigido por el rey Oduduwa quien se asentó de modo relativamente pacífico en esta zona y en la ya existente ciudad Ilé Ife. También esta tradición nos cuenta que todos los descendientes de Oduduwa se convirtieron en reyes y reinas de los nuevos territorios tomados. El descendiente más importante fue Oranmiyán (llamado Alafin o regente del estado), quien convirtió a Ilé Ife en una ciudad sagrada y a Oyó en sede del gobierno.
Los hallazgos escultóricos hacen suponer que entre los siglos X y XIII el territorio de Oyó se extendía desde la Ghana actual hasta más allá del Valle del Níger, y es en estos siglos donde alcanza su mayor esplendor. Con una economía agrícola basada en el cultivo de la calabaza, el sésamo, el plátano, el ñame, el algodón y el aceite de palma; con una actividad comercial de largas distancias y bien normada, pues se ha demostrado que los comerciantes concurrían a los mercados en días alternos para contrarrestar la competencia.
Al llegar los primeros portugueses a las costas de Nigeria en el siglo XV encontraron a la sociedad yoruba desorganizada en pequeños reinos independientes. Dicha cadencia se acentuaría en los siglos siguientes. Un relato de 1701 señala que (para esa fecha) la ciudad de Benin apenas conservaba un pálido reflejo de su antiguo esplendor. Otros observadores expresan que en el siglo XVIII y principios del XIX casi toda la nación yoruba estaba envuelta en sangrientas guerras. Hay que destacar que los yorubas conocieron el desarrollo urbano más importante de África Occidental. El mayor porcentaje de esclavos que llegó a Cuba provenía de la región yoruba. Muchos de ellos pertenecían a la elite social: soldados, políticos, sacerdotes y sacerdotisas, entre otros; profundos conocedores de su cultura. La influencia cultural fundamental que ejercieron sobre nosotros fue a través de la religión. Su panteón de Orishas continúa interesando hoy a los estudiosos, por su vitalidad y presencia.