Buenas, quiero compartir con ustedes esto que llego a mi casilla de correos y me gusto mucho, espero que nadie se sienta ofendido...
Si pudieras escuchar a Dios, él te diría…
- Deja ya de estar rezando y dándote golpes en el pecho. Lo que quiero es que seas feliz y salgas a disfrutar de tu vida.
- Quiero que goces, que cantes, que te diviertas y que disfrutes de todo lo que he hecho para ti.
- Deja ya de ir a esos templos lúgubres, obscuros y fríos que tú mismo construiste y que dices que son mi casa. Mi casa está en los paisajes bellos, en las montañas, los bosques, los ríos, los lagos, las playas. Ahí es en donde vivo y ahí expreso mi amor por ti.
- Deja ya de culparme de tu vida miserable. Yo nunca te dije que había nada mal en ti, o que eras un pecador, o que tu sexualidad fuera algo malo. El sexo es un regalo que te he dado y con el que puedes expresar tu amor, tu éxtasis, tu alegría. Así que no me culpes a mí por todo lo que te han hecho creer.
- Deja de estar leyendo supuestos libros que nada tienen que ver conmigo. Si no puedes leerme en un amanecer, en un paisaje, en la mirada de tus amigos, en los ojos de tu hijo, no me encontrarás en ninguna parte.
- Confía en mí y deja de pedirme. ¿Me vas a decir a mí como hacer mi trabajo?
-Deja de tenerme tanto miedo. Yo no te juzgo, ni te critico, ni me enojo, ni me molesto, ni castigo. Yo soy puro amor.
- Deja de pedirme perdón, no hay nada que perdonar. Si yo te hice, yo te llené de pasiones, de limitaciones, de placeres, de sentimientos, de necesidades, y hasta de incoherencias. ¿Cómo puedo culparte, si respondes a algo que yo puse en ti? ¿Cómo puedo castigarte por ser como eres, si yo soy el que te hice? ¿Crees que podría yo crear un lugar para quemar a todos mis hijos que se porten mal por el resto de la eternidad? ¿Qué clase de Dios loco puede hacer eso?
- Olvídate de tantos mandamientos, leyes y normas. Esas son artimañas para manipularte y controlarte, y terminan creando crean culpa en ti. Ama a los demás y no hagas lo que no quieras para ti. Pon atención en tu vida, para que te salga lo mejor posible,
- Esta vida no es una prueba, ni un escalón, ni un paso en el camino, ni un ensayo, ni un preludio hacia el paraíso. Esta vida es lo que necesitas hoy aquí y ahora para ser feliz. Te hice libre para crear en tu vida un cielo o un infierno.
- Aunque hay otra vida después de ésta, te daré un consejo: vive como si no la hubiera. Como si esta fuera tu única oportunidad de disfrutar, de amar, de existir. Así, cuando te encuentre al final pueda preguntarte: ¿te gustó? ¿Te divertiste? ¿Qué fue lo que más disfrutaste? ¿Qué aprendiste?
- Yo no quiero que creas en mí. Quiero que me sientas en ti, cuando besas a tu amado, cuando arropas a tu hija, cuando acaricias a tu perro, cuando te bañas en el mar.
- Deja de alabarme, ¿Qué clase de Dios ególatra crees que soy? Me aburre que me alaben. Me hace mal que me agradezcan. ¿Te sientes agradecido?
Demuéstralo cuidando de ti, de tu salud, de tus relaciones, del mundo. ¿Te sientes emocionado? ¡Expresa tu alegría! Esa es la forma de alabarme.
- Deja de complicarte la vida y de repetir como loro lo que te enseñaron de mí. Estás en este mundo, lleno de maravillas. ¿Para que necesitas más milagros? ¿Para qué tantas explicaciones? No me busques afuera, no me encontrarás. Búscame dentro. Ahí estoy latiendo en ti.