¿Cuántas veces nos hemos preguntado necesito un cambio?, esta pregunta generalmente surge cuando no recordamos QUIENES SOMOS, es decir constantemente estamos buscando nuestra identidad, la buscamos en la profesión, en la familia, en la pareja o en la sociedad, buscamos algo o alguien que nos conteste….que nos refleje, cuando ese reflejo nos cansa, buscamos uno diferente –al menos eso creemos- pero….. ¿Qué nos quiere mostrar esa necesidad de cambio?
Lo que nos quiere decir es que no importa que hagamos las cosas en forma diferente, que busquemos sitios o personas diversas…. Hay una constante que siempre está ahí, que no cambia, que es certera: mi si mismo…..mi YO SOY.
Toda esta situación de búsqueda externa en cosas diferentes o diversas nos encaminan a no buscar más fuera –una vez que lo hicimos cientos de veces- sino a mirar dentro, a reconocer que las situaciones externas pueden –aparentemente- ser diferentes, sin embargo eso no es real, lo real no cambia es constante. Pero es esta necesidad de cambio constante la que nos lleva en algún momento a reflexionar ¿Qué estoy buscando realmente? ¿Algo nuevo le dará sentido a mi vida? ¡He cambiado tanto y al final lo mismo….el hastío… el aburrimiento!. En esta reflexión radica el verdadero valor de cambio NO necesito cambiar, hay algo más que debo descubrir pues el cambio en si no me satisface, tal vez lo haga por un tiempo más al final regreso a la misma premisa.
Es ahí donde empieza una búsqueda real de quien SOY, donde dejo de céntrame en lo externo y miro a mi mismo, donde empiezo a escucharme y conocerme. Donde regreso a ver mi Espíritu y dejo de lado mi ego -el cual constantemente me exige que cumpla hacia afuera-, mi Espíritu está ahí paciente, amoroso, sosegado, confiado que lo mirare en algún momento. Y cuando lo mire reconoceré que no importa si alrededor de mi cambia, si hay disturbios o situaciones adversas, eso no cambia ni inmuta lo que YO SOY.
Todo esto surge como resultado de mi existencia humana en donde aparentemente los cambios son parte de ella, donde tengo pensamientos variados, donde hay diferentes razas, culturas, religiones, etc., todo esto es parte del juego… del velo, sin embargo la verdad es constante, lo que YO SOY no cambia, no importa lo del alrededor, puedo crear, vivir o hacer cosas diametralmente diferentes, más la constante ahí sigue, me abraza y me dice a cada momento: confía….confía, nada cambia, experimenta…..más nada cambia.
La próxima vez que pensemos: necesito un cambio, mirémonos y encontremos ese sí mismo que nos llama para que lo reconozcamos y podamos ser un Espíritu celestial teniendo una experiencia humana, en donde todo es posible.