En realidad el ser humano sólo puede tener dos sentimientos: amor y odio.
Se suele suponer que los distintos tipos de sentimientos que podemos tener son innumerables, pero eso es una ilusión. Si se analizan todos los otros sentimientos – los llamados sentimientos – se verá que no son otra cosa que amor o miedo.
¿Y qué ocurre con la ira? Bien , la ira es en realidad miedo disfrazado. En la química, encontramos de vez en cuando la misma substancia bajo apariencias totalmente distintas. Por ejemplo: el grafito es exactamente la misma sustancia que el diamante, por diferentes que parezcan. Ambas son formas alotrópicas del carbono.
Del mismo modo, la ira, el odio, los celos, la crítica, el egoísmo, no son más que las formas alotrópicas del miedo.
La alegría, el interés, la sensación de éxito y de logro, la apreciación del arte, son formas alotrópicas del amor.
La gran diferencia entre los dos sentimientos es que el amor es siempre creativo, y el miedo es siempre destructivo. Una sensación de amor reconstruye el cuerpo, alarga la vida, brinda inspiración, expande lo negocios, abre el camino en un millar de direcciones, supera cualquier obstáculo.
El miedo destruye el cuerpo, mata la inspiración, paraliza las negocios, lanza un invierno de muerte sobre cualquier cosa.
Toca a nosotros decidir cuál de estos dos sentimientos gobernarán nuestras vidas.
“Dios es amor y el que vive en amor permanece en Dios, y Dios en él”. Juan 4:16.