San Pablo dijo que Dios está más cerca de nosotros que nuestros pies y nuestras manos, más aún que nuestra respiración; de manera que no hay que pedirle a gritos que nos oiga. Basta con pensar en Él para que ya comience a componerse lo que parece estar descompuesto. Él nos creó. Él nos conoce mejor de lo que nos podemos conocer nosotros. Él sabe por qué actuamos de esta o aquella manera, y no espera que nos comportemos como santos cuando apenas estamos aprendiendo a caminar en esta vida espiritual.
Conoce la Verdad.
Así Jesucristo, el más grande de todos los Maestros de Metafísica, dijo “Conoced la Verdad y ella os hará libres” [Evangelio de San Juan: 8, 32]. La Verdad, la ley suprema es La Armonía Perfecta, la belleza, la bondad, la justicia, la libertad, la salud (Vida), inteligencia, sabiduría, amor, dicha. Todo lo opuesto es apariencia. Es contrario a la ley suprema de la Armonía Perfecta luego es mentira porque es contrario a la Verdad.
Tu “YO” superior es perfecto. En este momento y siempre ha sido perfecto. No puede enfermarse porque es VIDA. No puede morir por la misma razón. No puede envejecer. No puede sufrir. No puede temer. No puede pecar. No tiene que luchar. No puede cambiar jamás. Es bello. Es amor, inteligencia, sabiduría, dicha. Esa es la Verdad. Es tu Verdad, la mía, la de todos los seres humanos, ahora mismo.
CUALQUIER COSA QUE ESTÉS MANIFESTANDO; QUE TE ESTÉ OCURRIENDO CONTRARIA A LA ARMONÍA PERFECTA, O QUE TÚ MISMO ESTÉS HACIENDO O SUFRIENDO CONTRARIA A LA ARMONÍA PERFECTA, SE DEBE A UNA CREENCIA ERRADA QUE TÚ CREASTE, YA LO SABES, Y QUE POR REFLEJO ESTÁS LANZANDO HACIA AFUERA Y ATRAYENDO SU IGUAL, DEL EXTERIOR. NO TIENE NADA QUE VER CON TU YO SUPERIOR. ÉSTE CONTINÚA PERFECTO. SUS CONDICIONES Y SU SITUACIÓN SON PERFECTAS.
CADA PALABRA QUE PRONUNCIAS ES UN DECRETO
, “LO QUE DE LA BOCA SALE, DEL CORAZÓN PROCEDE”
“TODO LO QUE PIDIÉREIS EN ORACIÓN, CREYENDO, LO RECIBIRÉIS”. No lo he inventado yo. Está en el capítulo Nº21, versículo 22 de San Mateo. Y San Marcos lo expresa más claro aún: “TODO LO QUE PIDIÉREIS ORANDO, CREED QUE LO RECIBIRÉIS Y OS VENDRÁ”. San Pablo lo dice en palabras que no tienen otra interpretación: “la fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que se ve”. Más arriba te dije que la fe es la convicción del bien.
Decreto;
“YO DESEO TAL COSA. EN ARMONÍA PARA TODO EL MUNDO Y DE ACUERDO CON LA VOLUNTAD DIVINA. BAJO LA GRACIA Y DE MANERA PERFECTA. GRACIAS PADRE QUE YA ME OÍSTE”.
“PADRE, DAME A MÍ Y A TODA LA HUMANIDAD, TODAS LAS MARAVILLAS DE TU REINO” y…….
“YO NO TENGO MIEDO. NO QUIERO EL TEMOR. DIOS ES AMOR Y EN TODA LA CREACIÓN NO HAY NADA A QUÉ TEMER. YO TENGO FE. QUIERO SENTIR FE”.
CADA VEZ QUE SIENTAS ALGO DESAGRADABLE HACIA OTRO; O BIEN QUE TE ENCUENTRES RESINTIENDO ALGO QUE TE HAYAN HECHO; O QUE TE RECONOZCAS UN FRANCO RENCOR O UN DESEO DE VENGANZA, PONTE DELIBERADAMENTE A RECORDAR (NO ES TRATAR DE OLVIDAR LO DE AHORA), ES A RECORDAR TODO LO BUENO QUE CONOCES DE AQUELLA PERSONA. TRATA DE REVIVIR LOS RATOS AGRADABLES QUE GOZASTE EN SU COMPAÑÍA, EN TIEMPOS PASADOS, ANTERIORMENTE AL MOMENTO EN QUE TE HIRIÓ.