amás te compares con nadie, ni a tu favor ni en contra; cada cual recibe de la vida lo que ha merecido y cosecha lo que ha sembrado. Oriéntate a lograr lo mejor de ti mismo y de tu vida; cada cual tiene una diferente misión para cumplir y lo que hace felices a unos puede ser la infelicidad para otros; concéntrate sólo en tus ventajas y beneficios.
No te pongas triste, no te apures, no te angusties ni te deprimas por haber cometido algún error, tómalo positivamente y considéralo un aprendizaje, una importante lección. Lo grave no es equivocarse, lo delicado es seguir cometiendo el mismo error; analízate, búscate, piensa en donde estuvo tu equivocación e intenta remediarla; de esta manera cada error se convertirá en un paso adelante y en una lección aprovechada positivamente.
Las personas a tu alrededor, tu familia, tus compañeros, tus amistades y conocidos, no te querrán más y no te recordarán mejor por lo que tienes, sino por ser quien eres y por las cosas que haces y dices. Procura mejorar internamente y superarte en lo que haces por y para los demás; estas son las cosas que te merecerán prestigio, respeto y aceptación.
Enfoca tus problemas, tus preocupaciones y tus angustias desde el punto de vista de lo que tú puedas hacer para superarlas y no desde lo que ellas pueden hacer para destruir y amargar tu vida. Indudablemente tú eres más, puedes más y vales mucho más que lo que te preocupa; no te dediques a angustiarte, dedica tus mejores esfuerzos a las soluciones.
Procura ser la mejor persona en lo que haces, procura la excelencia en lo que te ocupes, en tu trabajo, en tu estudio y en tus relaciones familiares, laborales y personales, sin importar qué es lo que haces; cualquier trabajo y cualquier actividad serán dignas y te proporcionarán crecimiento si procuras hacerlas lo mejor que te sea posible exigiéndote a ti mismo. Busca tu propio nivel de excelencia.