Los colores que pintan belleza
La cromoterapia es la ciencia que se ocupa de las influencias beneficiosas y negativas de los colores sobre el hombre y sus actividades. Durante las sesiones de cromoterapia se utilizan los colores para mejorar estados de ánimo o equilibrar funciones del organismo, de tal manera, que se consigue adelgazar, superar situaciones de estrés o mejorar el estado cutáneo. Cada color emite unas vibraciones energéticas, que corresponden a cada organismo del cuerpo.
Color para estar bella
Las propiedades del color son beneficiosas para la salud y la belleza. El bienestar físico y mental puede aumentar a través de gestos tan cotidianos como la higiene o el maquillaje. "Los tratamiento de cromoterapia son lo más efectivo para recuperar la energía y armonizar el cuerpo", declara la esteticista Carmen Navarro. Esta veterana esteticista aplica el tratamiento de cromoterapia "Rainbow" para regular el estado de la piel, optimizar la calidad del tejido, reestablecer la circulación energética, restaurar la circulación sanguínea y linfática, minimizar los cúmulos grasos, armonizar el sistema nervioso y equilibrar las glándulas sudoríparas.
Carmen Navarro asegura que "los tratamientos de cromoterapia son muy útiles en personas estresadas, su piel es menos receptiva a las bondades de la cosmética. Tras una sesión de color, los tratamientos posteriores alcanzan mayor éxito porque el cuerpo y la mente están en armonía".
Tras un test que diagnostica las deficiencias de cada persona y aporta la solución idónea al problema, Carmen Navarro aplica algas, arcillas, geles y ventosas de luz con color que trabajan el tránsito energético. "Las arcilla violeta drena y relaja; la azul tranquiliza; la roja activa el riego sanguíneo; la verde calma y potencia la actividad cerebral y la amarilla levanta el ánimo y proporciona alegría. Nosotros utilizamos las arcillas verdes para remitir las bolsas en los ojos, además de ser muy beneficiosas en rostros que ha sufrido una cirugía estética recientemente", declara la experta en belleza. Estas son algunas de las bondades que ofrece la cromoterapia: restablece la humedad, la hidratación y la tonicidad en la piel, reduce los cúmulos de grasa, recupera la tersura y la luminosidad de la epidermis y aumenta su capacidad de defensa, así como corrige los signos de fatiga, establece el bienestar físico, el buen humor y la alegría.
Las propiedades del color
Esta terapia se ha venido utilizando desde que en el siglo XIX, Edwin Babbitt publicó su teoría global prescribiendo colores específicos para una serie de afecciones. Años después, el test de Lüscher demostraba que los colores estimulan diferentes partes del sistema nervioso. Los colores son determinantes en el estado de ánimo de la persona, por lo que elegir uno u otro puede ser decisivo para mejorar.
Tras los pasos del danés Niels R. Finsen, Premio Nobel 1903, y especialista en tratamientos de cromoterapia, muchos médicos y psicólogos coinciden en afirmar que conociendo con detalle las preferencias de los pacientes por los colores, pueden hacer un diagnóstico muy preciso de su estado de salud y de ánimo, de su carácter, capacidades y habilidades, además de hacerse una idea bastante exacta de las ansiedades y deseos, así como del estrés que padecen los pacientes. Los colores, aseguran, pueden ser muy beneficiosos y también nocivos, aunque no es fácil establecer reglas de influencia, pues todo depende de la reacción concreta que generan en cada paciente. Los expertos en cromoterapia asocian los colores y emociones del siguiente modo: AZUL: Es el color de la tranquilidad. Actúa como calmante, ayuda a conciliar el sueño, además de atenuar los dolores menstruales, las migrañas y los trastornos estomacales. Por su efecto relajante es muy recomendable para pintar las paredes de la habitación y consigue serenar. VERDE: Proporciona mayor actividad cerebral, calma el estado de ánimo y actúa como desintoxicante. Es el color de la relajación por excelencia, reduce la tensión.
AMARILLO: Estimula la capacidad intelectual y el aparato digestivo, remedia las dolencias hepáticas y los dolores musculares, eleva el ánimo, proporciona optimismo y alegría, por lo tanto se convierte en un color imprescindible para las personas con tendencia a la melancólica y a la tristeza.
VIOLETA O LILA: Intensifica la capacidad intelectual de las personas, ambos son colores muy relajantes. En terapia ayuda a solucionar problemas de bazo, circulatorios y nerviosos, además de reducir la angustia.
ROJO: Aumenta la tensión, incrementa la circulación sanguínea, es cicatrizante y eleva la pasión. También consigue hacer trabajar a los más perezosos y resulta imprescindible lucirlo cuando se tiene congestión nasal.
NARANJA: Es el color de la vitalidad, alegría y felicidad. En terapia ayuda a deshacerse del miedo, los estados depresivos y obsesivos. Resulta tonificante, despierta el apetito y favorece las relaciones sexuales.
NEGRO: Aumenta el cansancio del cuerpo, exige un mayor desgaste de energía en el organismo. Después de un día entero vestido de negro se puede sentir particularmente agotado y deprimido.
ROSA: Despeja la mente de pensamientos negativos, proporciona energía y suaviza el carácter, tendiendo hacia la dulzura, la constancia y la delicadeza.