La Vida es una fuente inagotable de bienes a nuestra disposición, y para disfrutar de ello sólo necesitamos aceptarnos como seres humanos en evolución y aprender de nuestra esencia amorosa.
ATREVETE A CAMBIAR LAS CREENCIAS QUE TIENES Y NUTRES SOBRE Y PARA TI MISMO.
Esto es un primer paso de sanación de tu mente negativa, torturada o equivocada, un paso tan eficaz como sencillo. ¿Quién ha visto o comprobado por mucho que lo intente que la felicidad se halle en lo complicado?
“Fluyo con la Vida y ahora me autorizo a gozar de su belleza” “Soy uno y la misma cosa con el próspero poder del Universo”
No te convenzas diciéndote estas frases frente a ti mismo, mírate a los ojos y haz lo que puedas por sentirlas al escuchar el eco de una realidad olvidada pero que siempre estuvo ahí, como el sol detrás de las nubes, esperando a que la re-encontraras y la sacaras a la luz de tu cotidiano. No dudes de que cuando la mente habla desde el corazón su poder se muestra pura y simplemente inigualable.
Si le preguntases a la gente si desea ser feliz, la mayoría te contestaría: Sí, por supuesto. Pero, ¿acaso están dispuestos a cambiar sus actitudes y creencias hacia ellos mismos para empezar a serlo? Para que ocurra la felicidad y todo lo nuevo es necesario sanar patrones antiguos y pensamientos que no son propios ni positivos.
Muchas personas intentan relajarse y meditar empleando una serie de técnicas y ejercicios aprendidos. A la mayoría les resulta muy difícil, y el efecto no es duradero. Pero, ¿cómo dejar que la relajación entre, si estamos llenos de rabia, rencor, tristeza… por mucho que nos convenzamos?
Si la felicidad tuviera una sola exigencia sería algo así como: “Haz en ti todo el vacío que puedas, vacía tu saco interior de todas las creencias impuras o perfectamente negativas que hasta ahora has considerado como imprescindibles en tu vida. Yo necesito todo tu espacio interior para manifestarme libremente y que tú me puedas sentir sin más interpretaciones o convencimientos inútiles” Hemos de dejar primero que salga lo viejo para dar cabida a algo nuevo y por cierto, fantástico para nosotros. Pues ningún cubo que esté lleno de barro se podría llenar más aunque sea de agua y esperar obtener un resultado límpido.
Cuántos de nosotros no estamos a gusto en nuestro puesto de trabajo, pero no nos atrevemos a buscar otra cosa que nos convenga mejor y nos haga sentir más felices o menos asfixiados por miedo, por falsa comodidad, por falta de confianza en nosotros mismos, pero también por creencia inocente y un poco cobarde de que la vida es quien se tiene que encargar de este cambio. Si tú no dejas marchar lo que ya no te sirve o te aburre ¿cómo podrá llegar lo bueno a tu vida?
Responsabilizarse de uno mismo es el único camino conocido para sentirse vivir sin decepcionarse jamás de lo que otros quieran o puedan darnos o no. Elige deshacerte de ese comportamiento, muy sutil, que se llama mendicidad y que nos cuesta tanto identificar en nuestros gestos cotidianos. Disponernos a recibir es deshacernos de todo lo viejo e inservible, ya sean objetos, costumbres, creencias, comportamientos que obedecen a la posesividad y el apego más que a la generosidad y el desapego.
Experimentar lo bueno y la bondad, gozar de la belleza, se ha convertido en algo difícil porque nuestras mentes han sido educadas para creerlo y hacerlo así. Pero, gracias a la vida misma, por muy grandes que se hagan las nubes, nunca podrán eliminar al sol. Un comportamiento no puede borrar a una realidad esencial como sería por ejemplo, el vivir sintiendo gratitud hacia la vida, hacia uno mismo, hacia el planeta que nos nutre y hacia el Universo que nos contiene. Seguir el flujo de la vida es un acto natural, pues la Existencia no tiene nada que ver con nuestras creencias negativas, con nuestra educación más o menos restrictiva de simples humanos (aún no despiertos a la belleza de su existencia) ni con nuestras reacciones más o menos egoístas.
DAR UN PRIMER PASO PARA EMPEZAR A SANARTE
Seria por ejemplo:
Hacer una limpieza a fondo de nuestra casa, para empezar a darnos cuenta de quién somos y de cómo reaccionamos ante la elección de soltar, de deshacernos aunque sea del más pequeño objeto. Soltar aunque sea nuestra primera muñeca o nuestra primera pistola es un acto totalmente liberador. Los armarios y trasteros suelen estar llenos de cosas que guardamos “por si acaso”. Lo curioso es que normalmente cuando llega esa ocasión de usarlo, si es que llega, o bien no nos acordamos de ello, o bien, ya no nos apetece usarlo. ¿Por qué no regalar o vender todo lo que no nos hemos puesto en un año? Todo lo que no nos sirve, puede servir a otros. Si no puedes pensar en alguien a quien regalárselo, en todas las ciudades hay centros u organismos que se encargan de darle un uso a las cosas de segunda mano.