el Fondo del Cielo nos indica el tipo de compulsión específica que toma el control en nosotros cuando lo perdemos. Es el lugar más oscuro y oculto de cada mapa natal y en el que se perfilan las tendencias cuya conciencia resulta más difícil alcanzar
Si tenemos en cuenta que cada uno de los rasgos astrológicos perfilados en una carta natal es siempre también una tendencia que quiere pasar a la acción en cada vida, aquellos que el Fondo del Cielo nos indique por el planeta o signo en que se presente pueden considerarse movimientos compulsivos en la vida de un individuo. Compulsión es respuesta automática a un estímulo cuando la conciencia no actúa de mediadora ni puede evaluar ni elige entre alternativas sino que a lo sumo se da cuenta de lo que está pasando cuando ya ha sucedido. El Fondo del Cielo es un auténtico punto ciego en cada destino, y sus predisposiciones tienden a establecerse como patrones inscritos de un modo tan profundo y a la vez tan invisible que no es fácil liberarse de su influencia. Liberarse quizá sea sólo una ilusión, pero es que tampoco es fácil ni siquiera liberarse un poco. Igual que al Medio Cielo sólo empezamos a acercarnos con la madurez y a entender desde ahí su indicación hacia lo mejor de nosotros mismos, al Fondo del Cielo sólo lo vemos a fuerza de repetir una y otra vez los mismos automatismos. A veces funcionan y nos son útiles, pero conforme el tiempo pasa podemos entenderlos como limitaciones en nuestro estilo de respuesta a las que conviene enfrentarse con algo más de conciencia, es decir, con la libertad que nos sea posible alcanzar.
La mirada astrológica no resuelve su impacto, pero sí puede -y no es poco- arrojar algo de luz al fondo impenetrable de nuestra medianoche personal. Desde ella arranca el día en su nacimiento.