Nacer es saltar. Salimos al mundo, a la luz de una nueva realidad, tras meses (para algunos animales años) de gestación y somos expulsados de la comodidad oscura de las aguas maternas que nos conectan con el misterio, la inmensidad de cósmica de nuestro origen. Este umbral entre la oscuridad húmeda que precede nuestro nacimiento y la luz de la vida es el punto que conecta el último signo de la rueda astrológica, Piscis, con el primer signo Aries. El omega con el alpha.
En este momento Urano está en el grado 29’54 de Piscis y mañana entrará (saltará o nacerá) en el grado cero de Aries. Este cambio marca una nueva era, un nuevo ciclo y la manifestación de una nueva historia astrológica. Cuando un planeta cambia de signo una parte de nosotros cambia. Una forma de ser pasa a otra forma de ser. Esta es la relación de los planetas con los signos. El planeta encarna la historia del signo, la manifiesta. El signo viene a ser el medio ambiente en el cual el planeta puede actuar o canalizar su energía.
Urano tiene un ciclo solar de 84 años por lo cual tiene una estadía promedio por signo de siete años. Estos pasados siete años hemos estado bajo la influencia de Urano en Piscis. Piscis le ofrece a Urano un medio ambiente femenino, húmedo, oscuro. Es un signo yin.
Piscis es transpersonal ya que es el último de los 12 signos y tiene en si mismo la memoria de cada una de las identidades astrológicas. Piscis tiene la capacidad de multiplicar su mirada y lograr la unidad a través de la diversidad. En realidad la unidad de los signos se da en Acuario, el signo que precede a Piscis, el signo de la humanidad, del colectivo, y , sin embargo, es en Piscis donde esta memoria colectiva se fusiona en el océano de nuestra conciencia unificada.
El signo de Aries es muy diferente a Piscis. Su medio ambiente es caliente, seco, luminoso. Su energía es yang. Es personal, individualista, independiente y existencia lista. Aries plantea su identidad desde el derecho a existir como entidad aparte y única. Es el signo de la singularidad. Si en Aries decimos “yo soy ” , la entrada de Urano en Aries de la va dar volumen a esta afirmación, la vamos a gritar a los cuatro vientos.
Por otro lado, Urano es un planeta cuyas características son más afines a la energía de Aries que a la de Piscis. Durante los pasados siete años hemos estado bajo los efectos de una fricción energética entre Urano y Piscis que nos ha mantenido en un estado de constante alerta y con pocas posibilidades de dormirnos o relajarnos. La función principal de Urano es precisamente despertarnos y Piscis está conectado con el sueño.
La pregunta que nos hace Urano es ¿a qué hemos despertado durante estos pasados siete años ? ¿qué hemos aprendido? ¿qué se ha iluminado en nuestra vida? Las lecciones de Piscis se nos pueden escapar, son resbaladizas y con la partida de Urano de este signo es posible que corramos el peligro de volver a estados de enajenación, desconexión, escapismo.
La ventaja es que así como Urano está en el último grado de Piscis, Chirón acaba de hacer su entrada en este signo, en donde estará transitando por ocho años. Está sincronía entre Urano y Chirón es fundamental para la integración de las lecciones de Urano en Piscis y su tránsito por Aries.
Durante este ciclo de siete y ocho años vamos a tener la oportunidad de integrar y sanar todo aquello que Urano abrió en Piscis a la vez que vamos a caminar un territorio completamente nuevo de cómo encarnar en nuestro ser estas lecciones. Chirón va a mantener vivo el fuego que Urano encendió en Piscis y este fuego alimentará desde el invisible y el misterio, desde detrás de la frontera de la conciencia, el camino de Urano en Aries . Este proceso definirá por los próximos años una nueva individualidad, una nueva manera de encarnarnos.
La entrada de Urano en Aries coincide dentro de unas semanas con la entrada del Sol en este signo y con el equinoccio de la Primavera. Este evento es extremadamente raro y subraya con mucha fuerza el hecho de que estamos cruzando el umbral de un periodo, tanto personal como colectivo, que no tiene precedentes en nuestra conciencia.
Urano tiene la función de liberarnos de todas las ataduras que nos limitan a manifestar el cielo en la tierra. Es nuestra conexión con el fuego de los dioses, con la vitalidad del espíritu. Está asociado con la energía kundalini y rige todo lo que tenga que ver con la electricidad, desde una tormenta eléctrica hasta nuestro sistema nervioso.
En estos momentos tenemos la oportunidad única e irrepetible de experimentar y registrar en nuestro cuerpo, en nuestras emociones, en nuestra mente, este cambio energético que estamos atravesando. Urano siempre nos trae un espíritu de sorpresa, de asombro, de curiosidad, de experimentación y exploración. Entre hoy y mañana se abre un entretiempo de aprendizaje, se ilumina un fragmento de nuestra conciencia y de nuestra experiencia, es único e irrepetible.
Tenemos todos grabados en nuestra memoria celular la historia de nuestro nacimiento, de nuestra llegada a esta realidad, a esta dimensión de la existencia que llamamos vida. Entre hoy y mañana, y hasta el 21 de Marzo , estamos el medio del salto de un nacimiento. Estamos en el cruce de un cambio energético que no tiene marcha atrás, que nos desafía y nos empuja a explorar valientemente los nuevos territorios de nuestro camino evolutivo.
No podemos predecir lo que hay del otro lado del salto, la única certeza es la aventura.
por gerundio Hoy a las 11:56
