Para quienes nunca han escuchado hablar de ellos, los perros negros son apariciones algo siniestras que se dan en lugares y en situaciones extrañas, pero que han sido reconocidas especialmente en Europa, Norteamérica y Sudamérica. Sin embargo, algunas referencias parecen indicar que es Inglaterra el lugar donde más se les ha podido encontrar.
Los nombres con los que se les conoce son distintos y varían con los lugares, las tradiciones y las situaciones en las que aparecen. Entre los cuales podemos citar el de “Striker”, “Padfoot”, “Barguest”, “The Hooter” o “Black Dog
El nombre no es un capricho cualquiera, pues según los cientos de testigos, este ser tiene toda la apariencia de un gran can de color negro, aunque también se ha aplicado cuando los perros vistos no han sido precisamente de ese color.
Pero lo que parece ser una constante en la presencia de estos seres atemorizantes para las poblaciones, es que surgen casi siempre rodeados de circunstancias especiales, como, por ejemplo, fenómenos extraños, voces y hasta apariciones fantasmales en la zona.
Sin embargo, un denominador común en la presencia de los perros negros, es que siempre están presentes en las noches –aunque en algunos casos también se les ha visto en el día- y en entornos en donde ha sucedido alguna desgracia, crímenes o hechos violentos.
Esto nos lleva a pensar que estos seres se encuentran asociados con el mal, ya que también se les ha visto cerca de los sepulcros, puentes, zonas cercanas al agua como ríos, lagos o pozos.
La mayoría de los testigos han contado que justo antes de la aparición de los perros negros han sentido su fuerte presencia –aun antes de ser avistados-, lo cual les ha escarapelado el cuerpo; pero cuando todo parece desaparecer, de pronto se escuchan ruidos de patas y luego pasan a ver al animal frente a ellos.
Nada puede aún explicar esto, pero se presume que son guardianes del mal que llegan con la muerte para asegurarse del paso de una vida mortal a otra en el inframundo, posiblemente