Estamos acostumbrados a escuchar historias que nos hablan de la aparición de fantasmas o almas en pena deambulando en grandes residencias, mansiones, palacios, castillos u otro tipo similar de edificación, o también de aquellos espíritus que se pasean por casas abandonadas y viejas, pero nunca pensamos en que alguna vez comentaríamos sobre estos entes en una peluquería.
Tradicionalmente –o al menos por lo que vemos en el cine– los fantasmas son entidades que prefieren espacios sombríos, algo retirados, lúgubres y antiguos, por lo que una estancia a donde la gente va a acicalarse nos parece algo bastante extraño por cierto.
En una ciudad de Inglaterra llamada Market Harborough, de pronto surgieron algunas almas coquetas que al parecer se sienten muy cómodas recorriendo los espacios de una peluquería y asustando -como es de suponer- a los clientes que a ella acuden.
Harry Browns es el propietario de dicho local, quien dice que desde hace un buen tiempo se había percatado de que algo raro estaba ocurriendo en su negocio, y es que de pronto la temperatura del recinto variaba considerablemente sin razón aparente, las computadores se encendían o funcionaban sin que alguien las opere y desaparecían objetos con bastante regularidad.
A esto también se sumó más tarde la aparición de raras luces que se avistaban dentro del local, y hasta la presencia notoria de fantasmas que parecían vestir ropas de antaño mientras deambulaban por todos lados.
Cansado de no saber cómo atender esta situación, el propietario llamó a un equipo especializado para captar este tipo de presencias fantasmales, quienes sorprendentemente lograron grabar un video en donde aparecía muy claramente una luz que se desplazaba por toda la habitación hacia la chimenea.
Luego de algunas indagaciones se supo que anteriormente, ese lugar había sido una Casa de Justicia en donde muchas veces se ejecutó a los delincuentes, los cuales, a decir de muchos, todavía deambulan por ahí tratando de buscar la paz eterna.
Al saber todo esto, el dueño ha decidido convivir con ellos mientras estos no le ocasionen problemas al negocio o espanten a su clientela