Muchos mitos se han tejido en base a este entretenido dibujo animado, desde las mas creíbles hasta las mas paupérrimas. Los Pitufos fueron creados por el caricaturista belga Pierre Culliford, conocido popularmente como “Peyo”, en 1958.
En primera instancia se dice que Peyo dedicó la creación de estos pequeños azules a Satán, para obtener dividendos económicos, además de obtener fama y fortuna, pues, después de esta creación, Culliford no hizo nada más.
Las uniones que se dan entre la dedicación a Satán con el mismo dibujo animado se puede corroborar, ya que se dice que Gargamel, el malo de la película, es un cura católico y su gato, Azrael, es el nombre de un ángel vengador.
Además, los principales Pitufos son siete, número que representa los pecados capitales. Por ejemplo, Pitufo filosofo, representa la soberbia; Pitufo goloso, representa la gula; Pitufina representaba la lujuria; etc.
Gargamel siempre perseguía a los Pitufos para convertirlos en oro, que representaba la avaricia de la Iglesia Católica, pues como se había dicho lineas arriba, Gargamel era un cura y muy curiosamente la casa que habitaba era una iglesia totalmente en ruinas.
Otra cosa interesante para acotar es que el padrino de Gargamel se llamaba Balthasar, era un obeso personaje que habitaba un castillo; Gargamel siempre le besaba el anillo al llegar o despedirse y, si se dieron cuenta, Balthasar siempre vestía de morado o violeta, supuestamente representando a un obispo católico.
Pero existen otros mitos, como el que los gorro blancos de los Ptitufos representaba al Ku Klux Klan y el gorro rojo de Papa Pitufo representaba al Gran Dragón, jefe de este grupo racista radical.
Por otro lado, cuentan que Pitufina era el mismo Satán (otros dicen que era la meretriz de los azulejos), ya que Pitufina hacía lo que deseaba con sus encantos. Asimismo, y curiosamente, los pitufos eran exactamente 99, número cabalístico para muchos