Al igual que la presencia divina, la Paz no la podemos definir, sólo sentirla. Cuando sentimos Paz, se puede estar cayendo el mundo afuera, pero tú estás con la pasividad y la tranquilidad que te brinda la Paz y no te afecta lo que ocurra alrededor.
Estar en Paz es una respuesta a tus acciones, pues si analizas lo que has hecho tanto con los demás como contigo, te darás cuenta de cuánta Paz te has regalado; es decir, si le haces daño a otro o a ti, no podrás sentirte completamente en Paz.
¿Cómo te haces daño? Puede ser de muchas maneras:
- El autocastigo; negarte el sano disfrute, una sonrisa, un momento feliz.
-La contaminación de tu cuerpo (templo de tu Alma) con alguna sustancia que sabes que es nociva.
-Baja autoestima.
¿Cómo haces daño a otro? Pues el simple hecho de negarle Amor, es suficiente.
Si sientes rencor, o envidia; si hablas, sientes o haces mal, ya le haces daño a otro.
Amate tú y amarás a otros; y a la vez ellos te amarán.
Respétate tú y respetarás a otros; y ellos te respetarán.
Amando y respetando tanto a los demas como a ti estaras amando y respetando a Dios y tendrás Paz.