La incapacidad de pedirles a los demás lo que quieres es un síntoma clásico de baja autoestima. Deriva de tu sentimiento básico de carencia de valor. Sientes que no mereces conseguir lo que quieres. Lo que quieres no parece legítimo ni importante. Lo que quieren otras personas parece mucho más válido y urgente que lo tuyo.
Puede que tengas tanto miedo al rechazo o del contacto con tus necesidades que ni siquiera eres consciente de lo que quieres.
Tus Necesidades Legítimas:
- Necesidades Físicas: Alimentación, vestimenta, refugio, ejercicio, cierto nivel de seguridad.
- Necesidades Emocionales: Amar y ser amado, tener compañía, sentir que eres respetado y respetar a los demás. Simpatía y comprensión. Reconocimiento, aprobación y felicitaciones. Perdón y comprensión.
- Necesidades Intelectuales: Información, estimulación y el desafío de solucionar los problemas. Recreo y tiempo de juego. Impulso de realizar cosas. Crecer y cambiar. Libertad para expresar honestamente tus pensamientos.
- Necesidades Sociales: Necesitas interactuar con los demás, necesitas ser por ti mismo. Trabajo. Pertenecer a un grupo. Autonomía, ser auto-determinado y tomar tus propias decisiones.
- Necesidades espirituales, morales y éticas: Encontrar un sentido a la vida. Creer.
Necesidades Versus Demandas
La diferencia entre necesidades y demandas es de grado. En un lado del espectro están las necesidades de vida o muerte como la necesidad de comida y de agua. Al otro lado del espectro están las demandas menores y caprichosas. Estos son puntos de lujo que contribuyen a tu confort pero no son esenciales para tu supervivencia.
En algún lugar del medio del espectro está la línea divisoria entre necesidades y demandas. Es en este punto medio en el que las personas con baja autoestima entran en problemas.
Si tienes baja autoestima, es bastante duro ir conseguir las necesidades de supervivencia. Pero tus necesidades menos vitales y demandas parecen no tener importancia, particularmente si entran en conflicto con las de otra persona. Además, tiendes a identificar las necesidades esenciales como meras demandas y no las atiendes.
Tú eres el único que puede juzgar la fuerza relativa de tus necesidades y demandas. Si sientes que algo que quieres es importante para ti, entonces es importante y tienes derecho a pedirlo.
Las Demandas en Palabras
La habilidad más importante al pedir lo que deseas es formular una petición asertiva. Si pedir cosas es difícil para ti, es más sensato preparar tu petición por adelantado en vez de decir lo que te viene a la mente de forma espontánea. Preparar una petición asertiva implica primero ver los datos y luego condensarlos en una declaración clara de lo que quieres. Aquí están los datos que necesitas:
¿De quién? ¿Qué quiero? ¿Cuándo? ¿Dónde? ¿Con?
Este esquema está diseñado para ayudarte a especificar con exactitud lo que estás solicitando –la conducta deseada, el momento, el lugar y la situación. Cuando clarifiques estos datos por adelantado, tu petición será tan específica que la negociación será más fácil y los argumentos menos probables.
Mensajes Enteros
Con frecuencia no basta decir lo que quieres. La gente necesita saber más de la base de tu petición. Necesita saber tu perspectiva o comprensión del problema. Puede servirles de ayuda también conocer tus sentimientos –cómo te ha afectado emocionalmente la situación o el problema. Cuando ofreces tus pensamientos (cómo percibes la situación), tus sentimientos y tu declaración de demanda, se le llama un “mensaje entero”.
Los mensajes enteros promueven la aceptación íntima y mutua. La gente tiene menos probabilidades de ignorar tus demandas cuando es consciente de tus sentimientos y de tu perspectiva sobre una situación.
Cuando dejas tu experiencia de una situación o tus sentimientos fuera de una petición, la gente puede sentirse presionada a hacer algo pero no sabrá por qué. Tienen más probabilidad de discutir o de utilizar la ira para apartarte a ti y a tus demandas. Por eso es importante, particularmente en las relaciones íntimas, dejar que la gente sepa de donde proceden tus demandas, para darles una idea de toda tu experiencia de una situación.
Uniéndolo
Los mensajes enteros son muy convincentes. Es hora de que generes mensajes enteros para completar tus tres peticiones asertivas. El formato es muy simple:
Creo (mi comprensión, percepciones, interpretaciones).
Siento (“Mensajes en primera persona” solamente)
Quiero (Destilado de tu esquema de petición).
Reglas para las Peticiones
Aquí tienes algunas reglas para ayudarte a perfeccionar tus peticiones:
• Si es posible, queda con la otra persona en un lugar y en un momento conveniente para tu conversación.
• Haz tu petición pequeña para evitar una gran resistencia.
• Haz tu petición simple, sólo una o dos acciones específicas para que la otra persona comprenda y recuerde.
• No culpes o ataques a la otra persona. Utiliza “mensajes en primera persona” para que pongas tus propios pensamientos y sentimientos. Intenta ser objetivo –ajústate a los hechos. Mantén moderado el tono de tu voz.
• Sé específico. Da figuras y tiempos exactos para lo que quieres. No pongas muchas condiciones.
• Utiliza un lenguaje corporal asertivo, de alta autoestima: Mírale a los ojos, siéntate o quédate de pie recto; no cruces las piernas ni los brazos. Asegúrate de que estás lo bastante cerca. Habla con claridad, que se te oiga y con firmeza, sin quejidos ni tonos apologéticos en tu voz. Practica tus peticiones delante de un espejo para corregir problemas en tu lenguaje corporal. También puedes escuchar tu petición en una cinta para valorar el tono y la inflexión de tu voz.
• A veces sirve de ayuda mencionar las consecuencias positivas de darte lo que quieres. Podrías hacer referencia también a las consecuencias negativas de negarte tu petición pero el enfoque positivo funciona mejor. Cuando hayas perfeccionado y practicado tus peticiones en el espejo, sigue adelante y hazlas en tu vida real. Empieza con la persona menos amenazante.
Este es un área en la que la práctica perfecciona y el éxito se construye sobre el éxito.
Ejercicio: Tu propia evaluación
Escribe las cosas que más deseas, las personas de las que las deseas y en qué situaciones tus necesidades son más intensas. Probablemente advertirás patrones, ciertas necesidades que nunca le pides a nadie, ciertas personas a las que no les pides el favor más simple, o situaciones problemáticas en las que tu autoestima y tu aserción te abandonan totalmente.