LOS CINCO ELEMENTOS EN LA COCINA by Gabriel Franco
En nuestra medicina oficial, cuando hablamos de nutrición, estamos hablando de aquellas sustancias que aportan los alimentos, visibles al microscopio. Son los nutrientes.
Al momento de elaborar un plan de alimentación, se considera el aporte de proteínas, hidratos de carbono, grasas, vitaminas, minerales, fibras y calorías.
Lo cual es técnicamente correcto visto desde la optica occidental, lineal y sin matices, que considera al ser humano como una suma de partes con necesidades independientes que pueden o no interactuar entres ellas.
Esto tiene grandes beneficios al momento de recomponer situaciones nutricionales incorrectas, como una anemia por ejemplo, pero no considera los origenes no visibles al laboratorio.
Pareciera ser que aquello que no es medible en valores de diagnóstico, no existe. Asi ocurren curiosidades médicas que no tienen explicación racional y una persona puede sufrir recurrentemente de una misma enfermedad.
El riesgo de este modo de encarar la alimentación es precisamente ese, dejar de lado el resto de las partes que componen el todo indivisible que es un ser humano, en cuerpo, mente y espíritu.
A diferencia de nuestra nutrición oficial, la alimentación basada en los cinco elementos, considera esos tres aspectos al preparar la dieta.
¿Por qué cinco elementos?
En la antigua China, hace 4000 ó 5000 años atrás, las cosas eran muy diferentes de lo que son ahora, pero lejos de lo que mucha gente cree, los que construyeron la MTCH eran verdaderos investigadores de la medicina y la física.
La estructura de los cinco elementos se basa en la asociación de los tres componentes básicos del hombre: cuerpo, mente y espíritu. A su vez relacionados con cinco elementos de la naturaleza: fuego, madera, metal, agua y tierra.
A cada uno de ellos asociaron órganos, funciones, pensamientos, actitudes, estados de ánimo, sabores, colores, consistencias y aliementos.
Todo esto, basado, en la condición Yin o Yang de cada uno.
Si bien este modo de encarar la alimentación parece mucho mas compleja que la nuestra, donde nos alcanza con una balanza y una calculadora; también es cierto que es mucho mas precisa y efectiva.ç
La alimentación de los cinco elementos, no cuenta calorías ni nutrientes simplemente porque se autoequilibra. Cuando la energía (Qi) aportada por el alimento está en concordancia con la energía del cuerpo, la mente y el espíritu, lo demás viene solo.
Ahora bien, ¿cómo llevar esto a la vida cotidiana? Con un mínimo aprendizaje, es sencillo. Sólo basta prestar atención a los movimientos energéticos de nuestros tres componentes y adecuar a ellos, los alimentos a consumir.
De todos modos, la alimentación por sí sóla no resuelve todo. Siempre aconsejamos acompañarla de algunos hábitos de vida, y de algunos ejercicios de armonización de la energía (Qigong) que pueden practicarse diariamente sin mucho esfuerzo.
Asi, el camino hacia una salud mas estable, será mucho mas sencillo.