En estas noches frías,
que llenas de melancolía, pienso en ti.
Tus ojos, que como estrellas ocultas,
solo me miran cuando un mensaje
que nació de un corazón,
que se niega a verse marchito,
golpea el auricular de tu teléfono,
despertando así la esperanza
que el viento se transforme en tú voz,
para poder disfrutar su arrullo
como a una dulce canción.
Te necesito.