La crisocola es una bonita piedra en tonos gris con vetas azuladas en tonos turquesas. Se forma en la zona superior de los yacimientos de cobre y muchas veces está asociada a otras piedras mágicas como azurita, malaquita.
Indicada para problemas femeninos. Colabora en el equilibrio hormonal. Estimula cualquier centro energético. Atrae la calma y la serenidad. Atenúa estados nerviosos. Armonía, equilibrio, totalidad, integración; unifica el cuarto y quinto chakra.
Historia:
La erosión del cobre por aguas de superficies ricas en sílice, dan a luz a esta piedra verdeazul. Los indígenas americanos la conocían ya como piedra medicinal pudiendo calmar las emociones y reforzando las defensas inmunitarias.
Su acción sobre el cuerpo y el espíritu:
Su fuerte acción ayuda a encontrar el equilibrio y apacigua las fuertes emociones. Gracias a ella, es más fácil moverse en un mundo en constante cambio y saber hacer frente a los acontecimientos de la vida. Aclara los pensamientos y las acciones ayudando a encontrar una distancia sana con respecto a las cosas y a las situaciones con el fin de continuar sus objetivos personales y aquéllos en común con otras personas. En el aspecto físico, esta piedra tiene una acción equilibrante ya que fortaleze y purifica el hígado, regula la tensión arterial baja y la función tiroidea. Actúa positivamente sobre los problemas digestivos debidos al estrés y posee virtudes espasmolíticas, sobretodo en relación con la dismenorrea.
Su acción sobre los Chakras:
La acción de la crisocola afecta en numerosos centros energéticos, muy particularmente en el cuarto Chakra, el del corazón. En primer lugar, ayuda a tener más amor propio en sí mismo abriéndose cordialmente al mundo. Para los síntomas corpóreos, tiene que ser aplicada directamente o puede llevarse permanentemente en el bolsillo. En astrología, esta piedra es asociada al signo de Tauro.