Erase una vez un vendedor de perritos calientes ciego, que vendía sus perritos al lado de la carretera. Las cosas le iban bien, pero se dió cuenta de que solo aprovechaba el tráfico de un lado de la carretera. Por lo cual compró otro puesto para el otro lado, contrató un chico y vió como se duplicaban sus ingresos.
Vinieron sus hijos y le dijeron "Papá, ¡estás loco! ¿Que haces? ¿No sabes que estamos en crísis? Los negocios están cerrando, ¡no expandiendo!
El vendedor pensó "Mis hijos son videntes, y yo no. ¿Será que tienen razón ya que saben como está el mundo? Y cerró el otro puesto y despidió el muchacho.
Al cabo de unas semanas pensó "Pues si, mis hijos tenían razón, hay crísis. ¡Estoy ganando la mitad que antes!