El Abedul es un arbol mágico, que nos inspira felicidad y sabiduría interior; el Abedul es símbolo de luz, purificación y espiritualidad. Su energía nos da fuerza contra el desánimo y la autocompasión, nos ayuda a ver claro en momentos de bloqueo (crisis), para lograr liberación interior. Representa la energía de Mercurio.
Ayuda a personas que se sienten sucias y se resisten a perdonar. También para personas con cierta rigidez, aferradas a viejos hábitos y que están en constante alerta, con temor a relajarse.
Utilizado en baños para purificaciones energéticas. Repele las malas energías y atrae protección y buena suerte. Su energía propicia la meditación y las canalizaciones.
El Abedul cuyo nombre mágico es Beth "mundo", era considerado sagrado por los celtas, que representaba para estos al Dios de los vivos y de los muertos.
Sirvió de templo a los antiguos Druidas. Lo asociaban con el solsticio de primavera y era considerado como fuerza creadora y ahuyentadora de desgracias.
Los druidas consideraban el escalamiento de los troncos de los abedules como una vía de acceso a la iluminación. Subían a los abedules en cierta epoca del año, con cantos y ritmos especiales. En esta religión se creía que los árboles son la vía por la que baja a la tierra la energía celestial.
El abedul protagonizó en el mundo celta algunos actos de magia que después fueron asimilados por el cristianismo. Por ejemplo, el escritor Frazer cuenta en su novela "La rama dorada":
"El Jueves anterior al Domingo de Pentecostés, los aldeanos rusos van a los bosques, cantan, llevan guirnaldas y derriban un abedul joven que revisten con ropas de mujer o le adornan con cintas y retazos de telas multicolores. Después celebran un festín y cuando terminan vuelven a cargar con el árbol vestido y lo meten en casa entre cantos y bailes, dejándolo dentro de cierta caja donde permanece como huésped de honor hasta el Domingo de Pentecostés. En los días intermedios, visitan la casa donde está "su huésped", pero al tercer día, día de Pentecostés, lo llevan a un río donde lo tiran y tras el árbol, sus guirnaldas. En esta costumbre rusa, dice Frazer, se muestra claramente la personalización del árbol vestido con ropas de mujer; y el arrojarlo a la corriente de agua es, muy probablemente, un conjuro para la lluvia. Que atraerá con ella, buenas cosechas y abundancia."
En el "Combate de los árboles", que se atribuye al bardo Galés Taliesín, el dios mago Gwyddyon, adquiere la forma de Abedul. Portar una rama de Abedul simboliza protección y autoridad espiritual.
Los Abedules junto con Abetos y Pinos, eran los árboles más habituales de los chamanes nórdicos y siberianos. Para su viaje celeste, los "Buriatos" (chamanes siberianos) empleaban una cuerda azul y roja que ataban al Abedul del mundo, el «puente» del chamán, el árbol llave. Este simbolizaba el nexo de unión entre los dos mundos y al estar atados a el, aseguraban su vuelta a esta dimensión.
Algunas Brujas hacían sus escobas con ramitas de Abedul.
Significado adivinatorio: Renovación.