Hay cosas que nos pasan en la vida
que encontramos difíciles de aceptar.
Los recuerdos regresan y nos perturban
una y otra vez.
Cuando algo sucede en nuestras vidas
tenemos que decidir si hay algo que
podamos hacer para cambiar las cosas.
Si lo hay, debemos hacer lo que podamos
para que todo esté de nuevo bien.
Pero si hemos hecho todo lo posible,
y en nuestro corazón sabemos que ahora
no hay nada más que hacer,
entonces, dejemos que se vaya lo que nos quita la tranquilidad.
Después de haber repasado los
"qué hubiera pasado si"
y los "por qué" quizás aprendamos una lección valiosa.
Y descubramos que si bien fue doloroso, crecimos
por la experiencia.
Aprender a dejar ir las cosas, en vez
de preocuparnos por lo que pudo
haber sido, con el tiempo podría ser más
valioso que aquello que hemos dejado ir.
Desconozco a su autor