La escritura es la representación del lenguaje mediante signos. Desde un sistema primario, constituido la mayoría de las veces por muescas talladas en objetos, se han logrado progresivamente modos de comunicación mucho más elaborados. Sin embargo, cada pueblo no siguió la misma evolución…
El Imperio inca no conoció la escritura fonográfica. Sin embargo, inventó un procedimiento mnemotécnico perfeccionado, el quipu, una especie de cordel con nudos cuya disposición permitía una lectura ideográfica. Gracias a unos simples cordeles, los incas pudieron establecer una contabilidad precisa y, además, conservar la memoria de su pasado en crónicas.
El Imperio del Sol
Hacia el 1100 después de Cristo, los incas, tribus del pueblo quechua, fundaron en Cuzco un vasto imperio que, en el siglo XV, comprendía los territorios actuales de Perú y Bolivia, el norte de Chile y Argentina. Poderoso y temible, este imperio fue, sin embargo, destruido en un espacio de tiempo irrisorio por los casi 200 conquistadores españoles que desembarcaron, en 1527, bajo el mando de Francisco Pizarra.
El emperador, el Inca, descendiente del dios sol, tenía un poder absoluto sobre sus súbditos. Acaso Atahualpa, el último soberano, ejecutado en 1533 por los españoles durante la conquista de Perú, no dijo: «En este reino, ningún ave vuela, ninguna hoja se mueve, si esa no es mi voluntad». En efecto, el Imperio inca era sumamente centralizado, y las diferentes provincias que lo componían debían rendir cuentas al poder central. La extensión del territorio y la organización política requerían la elaboración de un sistema de signos suficientemente complejo para comunicar la información, efectuar cálculos y perpetuar el recuerdo de los sucesos gloriosos de la civilización inca.
El sistema de quipu
El sistema contable y literario del Imperio descansaba completamente en el quipu (término que significa «nudo» en quechua), que no sólo permitía contabilizar exactamente cualquier cosa, sino también mantener las crónicas de tiempos pasados.
El quipu era un cordel de aproximadamente unos treinta centímetros (sin embargo, existen unos más largos) al que se le amarraban hilos multicolores. De éstos partían otras hebras unidas mediante nudos hechos a distancias variables y en hilos de diferentes colores. El número de nudos y la combinación de colores permitían a los que conocían el sistema perfectamente «leerlo» sin dificultad.
Lo que sabemos de los quipus se basa en gran parte en especulaciones en lo que se refiere a la interpretación de estos signos. En efecto, muchos de los quipus encontrados están incompletos. Al menos sabemos que se leían de derecha a izquierda del cordel principal, siguiendo cada hilo que surge. La posición y la cantidad de nudos entregaban información cuantitativa, mientras que los colores indicaban la naturaleza del objeto representado. Así, por ejemplo, un cordel amarillo (maíz) amarrado a un hilo azul indicaba, según el número de nudos y su posición, la importancia de la cantidad de maíz en una provincia determinada.
Crónicas de los tiempos antiguos
Este sistema permitía a los incas mantener cuentas muy minuciosas de los productos, armas, impuestos e. incluso, calcular el importe exacto del tributo otorgado por los pueblos vencidos. Pero el arte y la historia tampoco escapaban de este sistema. En el cordel principal, un hilo negro indicaba los años transcurridos y entregaba información histórica. Si un hilo rojo era amarrado al cordel principal, representaba el reinado de un emperador durante el período concerniente. Tres nudos en el hilo rojo indicaban que los hechos habían ocurrido en el tercer año de su reinado. De esta manera, Atahualpa fue advertido de la llegada de un ejército (el de los españoles) en mayo de 1532. La cantidad de hombres y" de armas también está inscrita en el quipu. Finalmente, algunos procedimientos teatrales de los incas se conocen gracias a estos cordeles que conservaron el recuerdo de los textos representados.
El desciframiento de los quipus era confiado a los quipumayocs, usuarios especializados que gozaban de un status especial y tenían numerosos privilegios, entre los cuales el no pagar impuestos. En cada aldea había varios quipumayocs, cada uno dedicado a una función diferente. Por otra parte, el aprendizaje del quipu era obligatorio para los jóvenes de la nobleza. Un sistema similar de cordeles era utilizado por los polinésicos. Y no deja de recordar el de los «palos de mensajero» conocidos en China, Australia y Europa. Otros pueblos utilizaron métodos figurativos de representación como los enigmáticos rongorongo de la isla de Pascua.
La conquista española aniquiló la cultura inca y una cantidad considerable de quipus. Sin embargo, actualmente este sistema se sigue utilizando en las regiones montañosas de Bolivia, Ecuador y Perú.
El ¨anudado de la agujeta¨
El anudado de la agujeta era conocido tanto por los antiguos como por los modernos, y en todas las épocas hizo a las hechiceras temibles para los nuevos esposos. Sin embargo, este maleficio nunca fue tan frecuente como durante el siglo XVI, que fue, al mismo tiempo, el siglo de los exorcismos, las hogueras, los embrujos, la magia y los hechiceros (…) Anudado de la agujeta. Que se tome la verga de un lobo recién muerto; que se vaya a la puerta de aquél que se quiera ligar, y que se le llame por su propio nombre. Tan pronto como haya respondido, se atará la verga con un cordón blanco, y el marido será tan impotente como un castrado, en el acto de Venus (…) Se estaba seguro de librarse del problema utilizándolos, y la virtud de estas ceremonias no era puesta en duda, debido a una imperdonable impiedad. Sin embargo, no se ve claramente qué influencia pueden tener un cordón blanco y una verga de lobo en el acto conyugal, ni cómo el ojo de una comadreja, repara las fuerzas perdidas.»
Nudos para todo
Numerosas culturas otorgaron una importancia especial a los nudos y a las figuras realizadas a partir de cuerdas o de hilos, a veces hasta hacerlas célebres…
El nudo gordiano.
Se trata de un lazo que fijaba el yugo al timón del carro de Gordias, el legendario rey de Frigia. Habiendo un oráculo asegurado que aquel que lo desatara obtendría el imperio de Asia, muchos se arriesgaron, pero el nudo era tan complejo que nadie logró desanudarlo. Sólo Alejandro el Grande resolvió el problema cortando el nudo con su espada. Desde entonces, esta expresión se transformó en sinónimo de una dificultad prácticamente infranqueable.
Ritos antiguos.
Varios pueblos primitivos aún mantienen ritos basados en cuerdas entrelazadas y nudos. A semejanza de los hechiceros de la Edad Media y el Renacimiento, algunos de estos pueblos practican, entre otros, el «anudado de la agujeta». Ritos similares aún existen entre los indígenas de Australia, particularmente los wadamans y los yirkalla.
La magia de los hilos.
En general, está ligada a las tradiciones animistas o sagradas y utiliza un cordel cuyos extremos son anudados. Aún se practica en islas de la Polinesia y de la Melanesia. Los indios de América del Norte piensan que las figuras de cuerda fueron inventadas hace ya mucho tiempo por un pueblo legendario de hombres araña, mientras que los esquimales de Alaska creen en un espíritu maléfico de las cuerdas.