En la mitología griega, Iris es la diosa del Arco Iris, cuyo rol junto con Mercurio, dios de la medicina, es el de llevar informaciones desde el Olimpo a la Tierra.
En términos modernos se puede considerar el iris del ojo como un arco iris biológico que une los dos componentes de lo humano, el psicoemotico y el anátomo-fisiológico. En él está la clave, el iris con sus características y con sus cambios eventuales atrajo, sin lugar a dudas, la atención de muchas personas que practicaban la medicina ya desde los tiempos más remotos.
"La proyección de los varios comportamientos del organismo sobre el iris, se puede organizar sergún una triple subdivisión de éste órgano, que se realiza mediante tres áreas circulares concéntricas".
La primera, próxima a la pupila, corresponde al aparato digestivo; la segunda, intermedia, corresponde a los órganos de la circulación (vasos sanguíneos y linfáticos), a los riñones y al sistema muscular; la tercera externa corresponde al sistema osteológico, la piel, hígado y bazo, y a los órganos de eliminación como la nariz, boca, urerta y recto. Para los fines de diagnósticos se distinguen en el iris tres tipos de signos, a saber:
- la presencia de colores no naturales
- puntos estrías, etc. de color blanco, oscuro o negros
- segmentos de arcos más o menos largos que pueden aparecer sobre la superficie más periférica del iris
Las coloraciones no naturales del iris serían el resultado de alteraciones de los fluídos que circulan en el organismo (sangre y linfa). El valor diagnóstico de los signos que están presentes en el iris varía según su color y su forma. Cuanto más blanco sea el signo, más comprometido está el órgano correspondiente. Si el proceso inflamatorio se hace crónico, el color blanco gira hacia el blanco-azul o blanco sucio, amarillo y también marrón. Los signos oscuros denuncian situaciones de hipofuncionalidad y de procesos patológicos crónicos. Los signos negros expresan pérdida de sustancias. Finalmente las pigmentaciones del iris pueden expresar serias complicaciones de las funciones metabólicas, procesos neoplásticos, etc.
Con respecto a la forma de los signos del iris y su valor diagnóstico, la tarea es más bien compleja y requiere de mucha experiencia para que se utilice eficazmente. La aparición de líneas blancas pequeñas, adosadas las unas a las otras, expresan un estado de inflamación del órgano que corresponde a ese área específica del iris, mientras que las líneas blancas largas, que intersectan áreas distinas de proyección, documentan una complicación del sistema nervioso periférico, por ejemplo una neuritis. Cuando las líneas tienen un proceso de zig zag, se puede estar frente a la manifestación de calambres.
La apriión de lagunas sobre la superficie del iris, es expresión de debilidad del órgano correspondiente. Además de atestiguar la posible presencia de situaciones patológicas en varias partes del organismo, los signos que se obtienen a nivel del iris, pueden dar informaciones útiles sobre la marcha de una enfermedad.
Con el examen del color iris y de su estructura es posible definir el tipo constitucional del sujeto en examen y su capacidad de recuperación. El color azul del iris que va acompañado con cabello y piel delicada es una característica de las constituciones linfáticas, el iris gris es frecuente en las constituciones reumáticas, el iris oscuro, que va acompañado con frecuencia con cabello y piel oscura, atestigua una constitución especialmente predispuesta a las enfermedades del aparato digestivo y las neoplasias. La utilización del iris como elemento de diagnóstico, parece confirmar la función que la lmensajera alada tenía en la mitología griega.
En efecto para los griegos "Iris" llevaba solamente mensajes funestos y el mismo arco iris, que era la manifestación visible de la diosa entre los antiguos, era siempre presagio de desgracia.