Formulá tu pregunta. Sentate de espaldas a la luz en una habitación poco iluminada y luego concentrate en el agua. (Algunas personas agregan unas cuantas gotas de colorante vegetal azul o tinta al agua para oscurecerla; esto es particularmente útil cuando se usa un recipiente de color claro.)
Al igual que con una bola de cristal, el agua podría ensombrecerse. Finalmente, comenzarás a ver símbolos dentro de sus frescas profundidades. Tomá nota de todos esos símbolos. Cuando no se puedan ver más, comienzá el proceso de interpretación.
Algunos adivinos prefieren hacer que se refleje la luz de una vela en la superficie del líquido. Otros sacan el recipiente durante una noche despejada y, capturando el reflejo dela Luna, elaboran predicciones por medio de su aparición en el agua. Se puede usar cualquiera de estas tres técnicas.
Un método relacionado con la contemplación del agua involucra al vino. Verté vino en un vaso transparente. Colocá una vela detrás de él y encendela. Sentado frente al vaso, formulá su pregunta, si la tenés, contemplá el vino iluminado y esperá a que aparezcan los símbolos. Esta técnica se conoce como enomancia.
La escifomancia define el uso de copas o vasos en la adivinación, como en la técnica arriba mencionada. Su origen es incierto. El siguiente procedimiento permite al lector discernir el pasado, el presente y el futuro. Se necesitan tres copas de distintos materiales.
Las antiguas instrucciones determinan que el clima debe estar en calma durante los tres días previos a la adivinación, y el augur debe estar vestido de blanco. Llene una copa de plata con vino, una copa de cobre con aceite, y una escudilla de vidrio con agua. Contemplá a copa de plata para conocer el pasado; la de cobre para ver los eventos presentes, y ei recipiente de vidrio para descubrr el futuro. El uso de estas tres herramientas de contemplación es ideal cuando ayer, hoy y mañana están en relación con la pregunta, lo que regularmente es el caso.
Las copas de oro llenas de agua también se usaban a veces para la contemplación, pero siempre han estado fuera del alcance de la mayoría de los adivinos. Una variante de esta práctica consiste en colocar un anillo de oro en un vaso con agua. Colocá el vaso frente a un espejo y mirá el reflejo del anillo.
Los cuerpos de agua naturales son excelentes herramientas de contemplación. Un lago en calma o un pequeño venero continuamente alimentado por un arroyo son ideales. Siéntese frente al lago o venero. Alejá todas las distracciones y contemplá el agua. Si lo consideras apropiado, formulá una pregunta. Verás lo que necesitas saber.
Finalmente, arrojá un trozo de oro en un pozo. El agua se volverá más clara y, así, más propicia para la adivinación. Probablemente, en este ritual se empleaba con más frecuencia la plata que el oro. Ésta es una reliquia de los días en que los pozos se consideraban sagrados, y el oro o la plata eran una ofrenda para el espíritu del pozo o para la deidad rectora.
Otros métodos de contemplación del agua incluyen mirar las olas en la playa; ver el mar desde un punto alto que se yergue sobre él; contemplar los reflejos del Sol proyectados por el agua en una superficie plana.