Resistencia es igual a persistencia. La sabiduria está en rendirse.
No podemos deshacernos de algo que no queremos empujándolo fuera de nuestra experiencia. Cuanto más atención demos a empujarlo, más nos empujará de vuelta a nosotros.
Todos conocemos la sensación de estar perseguido por un problema repetidamente, aunque intentamos ignorarlo, evitarlo y salir corriendo. A veces pensamos que podemos deshacernos de un problema que no queremos simplemente empujándolo fuera de nuestra mente. La mayoría de las veces, cuanto más empujamos, más nos empuja para volver. Hay leyes en física y en metafísica que explican este fenómeno, que puede resumirse en esta frase : lo que resistes persiste
La resistencia tiende a fortalecer las energias que intencionadamente opone, dándoles poder y energía al ser un trabajo de esfuerzo. Además, la resistencia no nos deja aprender más sobre el porque de la misma. Para poder entender algo en profundidad, debemos abrirnos a ello lo bastante para recibir su energia; sino seguiremos ignorando la lección que hay en ello. Hay una historia de un monje Tibetano, quién se marcha a una cueva a meditar y allí le avasallan demonios. El lo intenta todo para que se marchen de la cueva: los persigue, luchan contra ellos, se esconde, pero finalmente cuando se rinde, éstos se desvanecen. Simplemente dejó que los demonios le aportaran lo que tenían que enseñarle y entonces, sin más, desaparecieron.
Ahora esta sabiduria debe de aplicarse con un fin práctico. No es necesario herirse fisicamente.
Más bien, esta historia nos cuenta, en esencia, que nuestros demonios habitan dentro de nosotros. Nuestras plagas y persecuciones están en un nivel interno y se manifiesta en nuestro entorno en forma de personas, eventos, y problemas que parecen estar fuera de nuestro control. Pero todas estas expresiones externas son el reflejo de nuestro interior, y es dentro de nosotros que podemos experimentar con seguridad el rendirse a lo que tememos y lo que no nos gusta. Puede darnos miedo, y nos podemos encontrar con un montón de resistencias cuando empezamos el proceso a abrirnos a lo que tememos. Pero cuanto más nos rendimos, más demonios que nos asolan desaparecerán y nos volveremos más valientes