En el universo, los acontecimientos están relacionados por sutiles hilos de conexión. Estas conexiones son más notables cuando pertenecen a un mismo plano. Es decir que un suceso en el plano mental tendrá mas repercusión en su propio entorno. Lo mismo en el plano astral y en el material.
De este modo, si logramos sintonizar el hilo que relaciona dos sucesos, podremos desde uno, conocer como se comportará el otro. Esto quiere decir que, por un lado está lo que queremos saber (información sobre acontecimientos o vida de una persona), por otro lado la fuente universal de información, y como nexo, la persona que opera, el tarotista en este caso.
El método, cualquiera sea, siempre emplea los tres planos ya citados: mental, material y astral.
Es el origen de todos los métodos de adivinación, y también de los procedimientos mágicos.
En la antigüedad, cuando el hombre mantenía un vinculo estrecho con la naturaleza, podía percibir los acontecimientos a través de mucha señales: La forma de las nubes, el humo, las cenizas, y hasta las viseras de un animal le rebelaban sus secretos.
Actualmente nos resulta difícil lograr este vinculo. Ya no es instintivo, ahora debemos realizar un procedimiento intelectual, material, y astral o espiritual para lograrlo.
En Astrología, el vinculo entre el universo y la persona es su nacimiento, con las posiciones planetarias correspondientes. También es aconsejable que el astrólogo perciba el grado de evolución de la persona, para poder comprender a que tipo de influencias astrales está respondiendo.
Pero cuando operamos el Tarot no tenemos la referencia concreta de los planetas; y por eso, nosotros debemos ser el vínculo entre la fuente de información el tema o asunto consultado.
Para esto, el conocimiento del contenido místico de los Arcanos (figuras en los naipes), y la concentración adecuada, abre los canales de nuestra percepción permitiendo lograr ese vinculo. Al desarrollarse esta capacidad, puede emplearse tanto para "ver" en lo mundano o microcosmos, como para indagar en los secretos del mundo espiritual o macrocosmos.