Ante el creciente número de víctimas de la violencia que algunos hombres ejercen sobre la mujer en la pareja, debemos tomar medidas para ayudar a las personas que se encuentran en situación de riesgo.
También es conveniente enseñar a las jóvenes a crecer de forma que aspiren a ser amadas y respetadas en la pareja, en igualdad de condiciones ante la sociedad y la ley.
Los casos de agresión en la pareja, que en ocasiones llegan a acabar en homicidio, podrían disminuir si activáramos la señal de alarma al detectar los primeros indicios de violencia.
¿Cómo saber si lo que ocurre en una pareja es amor o son celos y afán desmedido de posesión? ¿Cómo frenar al primer signo de que el hombre esta abusando de la mujer y está ejerciendo violencia (verbal o física) sobre ella?
Vamos a ver algunos signos pequeños de violencia. Si notas que esto ocurre en tu pareja o en una pareja de tu entorno, activa la señal de socorro porque se ha entrado en la espiral del terror.
Te intimida
Crea opinión negativa respecto a lo que haces y a las personas de tu alrededor. No le gusta que veas cierta serie porque tiene celos del protagonista. Habla despectivamente de las personas a las que tú más aprecias (tu hermana, tus padres…).
Te aísla
Muestra claramente que no quiere que vayan a cenar a vuestra casa. No quiere invitados.
Es fabuloso que quiera estar contigo a solas, pero no es sano que nunca acudáis a las reuniones familiares porque él se niega y tú no quieres ir sola.
No soporta verte con las amigas. Ni siquiera le gusta que converses con ellas por teléfono.
Te quiere solo para él
Te fuerza a renunciar a tu vida social, aunque sea de forma indirecta. No te hace sentir bien si realizas alguna actividad sin su compañía.
No soporta que te diviertas con las amigas o con el grupo de música o el coro.
Poco a poco, vas renunciando a salir de casa por miedo a que ponga mala cara.
Si trabajas fuera de casa, no le interesa qué haces. Solo que la casa esté perfecta: se vuelve cada vez más exigente y te hace plantear si es incompatible el trabajo y la familia en tu caso. Él, en cambio, no se plantea entrar en la gestión doméstica bajo ningún concepto.
Dice que te quiere solo para él, pero ¡ojo!, esto no es una forma de amor sino egoísmo.
Te humilla
Le parece mal todo lo que haces y lo dice a otras personas: su madre, los niños, los vecinos, los amigos, la familia… En lugares públicos te deja en ridículo. Levanta la voz enseguida. Ante una situación negativa, no pregunta, directamente ataca. Has dejado de ser su princesa y te hace creer que eres tú la que “se ha dejado”: has engordado, antes ibas mejor maquillada y arreglada…
No valora tus esfuerzos.
Todo le parece poco. Te dice que has cambiado y que mientras él lucha por salir adelante, tú no te mueves.
Te interroga
Ya no te pregunta ni se interesa por tus cosas. Directamente te interroga para culparte de algo: por qué has llegado unos minutos tarde, con quién estabas, de qué habéis hablado… Quiere saber con quién estabas hablando por Whatsapp y por qué estabas conectada a tal hora.
Controla todo
Quiere que le muestres los hilos de los chats y el extracto bancario. Comienza a poner pegas en los gastos. Quiere que le des explicaciones de dónde estabas a cada momento. Te indica que le consultes cada uno de tus pasos. Te corta la iniciativa para emprender carrera profesional o académica: antes él deberá decidir si le parece bien o no que hagas algo. No dialoga, se impone.
No te da el dinero suficiente para llevar bien la economía familiar. Te acusa de derrochadora.
Prevalecen sus planes
Para el horario familiar, él decide a qué hora se almuerza, desayuna o cena. También decide qué vais a hacer el fin de semana. Utiliza la casa con otras personas (amigos o conocidos) sin consultarte. Se muestra más amable y colaborativo con los de fuera que en casa.
Primeros comportamientos violentos físicos
Portazos, golpes sobre la mesa… Hay gritos. Comienzan las amenazas. Aparecen algunos objetos rotos: un regalo de tus amigas que te hizo especial ilusión, un instrumento de tu trabajo que para ti resulta imprescindible…
Qué hacer si notas estos pequeños gestos de violencia
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[*]Si crees que efectivamente algo no funciona en la pareja y se producen, por parte de él, gestos y acciones que son pequeñas muestras de violencia, no dudes en ponerle nombre a esta situación y buscar ayuda para que se resuelva lo antes posible.
[*]Ten en cuenta que callar no te va a librar del maltrato y de la violencia, de modo que cuanto antes busques ayuda y protección, mejor será tu futuro y el de los tuyos.
[*]Acude al familiar o familiares que puedan ayudarte.
[*]Busca un profesional que pueda orientarte acerca de cuál es tu situación objetivamente y qué escenarios pueden plantearse en un futuro no muy lejano.
[*]Si no quieres responder a esta situación, piensa en tu autoestima. Estos procesos acostumbran a degenerar y acaban por mermar la salud física y mental.
[*]Piensa en tus hijos. Hazlo por ellos: contribuye a darles la mejor educación.
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