Desde el primer momento en que empezamos a relacionarnos con otras personas en la niñez, el sistema nos enseña a ser generosos y estar dispuestos a compartir nuestros juguetes, comida, espacios y demás pertenencias, sin embargo ocurre lo contrario con el hecho de pedir o aprender a recibir (el merecimiento).
De allí viene la noción de autosuficiencia que nos limita en el momento de querer pedir ayuda, que no nos permite recibir las bendiciones que llegan a nuestra vida y que nos avergüenza al exteriorizar las necesidades que a veces tenemos, sin darnos cuenta que estos patrones de comportamiento nos llevan a sentirnos incomprendidos, solos, angustiados e infelices.
Seguramente te has cruzado con algunas situaciones en las que te ha costado (el merecimiento) recibir palabras de admiración, oportunidades positivas, bonitos gestos, apoyo, regalos, amor e incluso personas que la vida ha puesto en tu camino, pero es momento de que entiendas que mereces todo lo bueno que el universo tiene para darte y es tu misión recibirlo.
Debemos aprender a recibir…
Quizá pocas veces has hecho un alto para tomarte el tiempo de pensar en la necesidad de aprender a recibir, pero si has notado que eres una de esas personas a las que les cuesta un poco hacerlo, deberás entender que la acción de recibir es tan valiosa como la de dar, pues solo recibiendo lo que el universo te entrega, tendrás las manos llenas para ofrecer de lo tuyo a otros.
El universo es una secuencia de personas, momentos y acciones que se conectan entre sí, solo comprendiendo esto podrás hacerte una idea de la importancia que tiene el acto de aceptar y acoger las cosas hermosas que llegan a tu vida pues tu eres parte de la cadena… eres un instrumento mediante el cual el universo deposita y distribuye su abundancia.
Cuando obstaculizamos los canales y nos negamos a recibir, no solo bloqueamos la energía de la abundancia que viene hacia nosotros e impedimos que la prosperidad se vea reflejada en nuestra vida, sino que también le negamos a las personas o situaciones la posibilidad de entregarnos lo que el universo tiene destinado para que llegue a nuestras manos. Ten presente que al igual que tú, quienes te rodean tienen derecho a dar y es de esta forma es que fluimos en equilibrio.
Cuando recibimos sin remordimientos ni cohibiciones, aceptamos el merecimiento, reconocemos nuestro verdadero valor y nos permitimos estar en el lugar y situaciones que nos corresponden. Así pues, el primer paso para aprender a recibir de otros, es aprender a recibir de nosotros mismos el reconocimiento, la atención, el cariño y la valoración que nos merecemos, ya que en verdad vivimos en un mundo de prosperidad!
Merecemos una mano que nos ayude a levantar en la dificultad, merecemos descanso cuando trabajamos arduo, merecemos recompensas por nuestros buenos actos, merecemos tiempo para nosotros mismos, merecemos grandes oportunidades, bonitos cumplidos, admiración, merecemos que nuestra vida esté llena de abundancia y felicidad… Acepta las bendiciones que llegan a tu vida sin desprecio, con humildad y gratitud, pues esta es la manera de mantener abierto el canal de la abundancia.
Es hora de empezar a hacer cambios en tu vida y dejar que a tus manos llegue lo que corresponde, para esto es necesario que reconozcas los verdaderos motivos por los cuales te ha costado aprender a recibir durante el transcurso de tu vida, puede ser por la falta de autoestima que se ve reflejada en algunas situaciones cotidianas, por ejemplo cuando te hacen un halago y reaccionas negativamente, si es así deberás empezar a trabajar de forma profunda en la valoración que tienes de ti mismo y tu amor propio.
El merecimiento, hay que dar pero también recibir.
Otra causa puede ser la desconfianza que te lleva a pensar que nadie da desinteresadamente y si recibes un detalle o halago es porque esperan una retribución a cambio. La desconfianza es generada por experiencias negativas del pasado, por lo tanto, si detectas que este es el principal factor de tu dificultad al recibir, deberás sanar esas circunstancias del pasado que hacen que hoy reacciones a la defensiva.
Los sentimientos negativos hacia la acción de recibir también pueden deberse a aprendizajes familiares que han sido transmitidos culturalmente de generación en generación, dichos comportamientos afectan tu vida adulta, por esto, al tener consciencia de quién eres y hacia dónde quieres ir, debes evaluar cuáles de las enseñanzas que recibiste en tu hogar son las que deseas incluir en tu vida y cuáles simplemente deseas desechar para alcanzar tus verdaderos propósitos.
Por último recuerda que la energía sigue al pensamiento, no subestimes el poder de la mente, empieza a pedir y abre tus manos para atraer lo que te gustaría recibir.