Sanar un corazón roto
Todo el mundo ha tenido que sanar un corazón roto en algún momento de sus vidas. Una ruptura es al fin y al cabo una herida momentánea en el “yo”, una fractura que queda impresa en un instante de nuestro ciclo vital pero que no debe ni mucho menos determinar nuestro futuro. Ese tipo de golpes, al igual que los huesos rotos, sanan, pero eso sí, debemos sanarnos del mejor modo.
Asimismo, esa experiencia de perder algo importante puede darse en muchas situaciones y no solo en las amorosas. Unos pueden haberse enamorado de alguien que no les correspondió, otros han experimentado que ese vínculo iba apagándose de forma inevitable e incluso por qué no, también se nos puede partir el corazón por la pérdida de una amistad muy querida.
Las personas describen el corazón roto como sentimientos de tristeza, amargura, desilusión, vacío, dolor.
Por curioso que nos resulte hay personas que asumen esa herida durante mucho tiempo. La hacen suya de forma silenciosa. Hay quien dice “no” a eso de enamorarse de nuevo porque tras ese amor perdido ya no tiene sentido una nueva relación. Este y otro tipo de comportamientos señalan, sin duda, que no deseamos (o no sabemos) curar un corazón roto.
Así, y por mucho que se pasen por estas malas experiencias, siempre se puede empezar de cero. Ahora bien, hay que estar dispuesto a hacerlo bien y tomar las medidas necesarias. Si nos encerramos en banda y hacemos de la tristeza nuestra mejor amiga, la vida baja sus cortinas y todo pierde impulso, color, esperanza.
Hay que trabajar esas emociones embotadas y enfermas, hay que cambiar el enfoque, corregir pensamientos, mejorar la autoestima para sanar un corazón roto. Es una tarea delicada pero que siempre trae buenos resultados.
Nunca encontraré a alguien igual
Este tipo de pensamiento es universal y totalmente erróneo. Si has conocido a personas enamoradas que perdían lo que querían, o lo has vivido en carne propia, verás que esta frase es más que recurrente: “nunca encontraré a alguien igual”.
Lógicamente, donde hay amor está la creencia de que esa persona es única en todo el mundo, que nunca te volverá a gustar nadie más. Es un error. En cuanto el tiempo va eliminando sentimientos y vas conociendo a personas nuevas, te vas dando cuenta de que hay muchísimos tipos de personas de todas clases y es posible que encuentres a alguien parecida a lo que deseabas.
Ninguna ruptura, decepción, rechazo o pérdida debe poner punto y final a nuestra esperanza afectiva. Nadie merece ser esclavo de unas circunstancias determinadas. Más aún, adoptar estas mentalidades de estancamiento genera frustración y un pensamiento rígido. Entendamos por tanto que la vida es cambio, es movimiento, es aprender a cuidar lo que amamos, pero también a dejar ir lo que ya no puede ser para permitir que otros vientos lleguen.
El problema de pensar que no conoceremos a nadie igual está en nosotros. Si no hacemos nada para seguir conociendo a más personas, no podremos encontrar a otras que nos puedan gustar.
Cómo sanar un corazón roto según la ciencia
El dolor emocional que genera un corazón roto es insoportable. Quedamos como inmovilizados, bloqueados e incapaces de pensar en otra cosa que no sea en la persona amada. Ahora bien, por curioso que nos resulte la ciencia lo deja claro: para afrontar una ruptura lo que hay que hacer es dejar de escuchar a la mente.
Sabemos que esta sugerencia es casi imposible cumplirla. Sin embargo, cuando pasamos por un trance de este calibre hay que tener claro que la mente y sus pensamientos pueden ser nuestro peor enemigo y esto es así por una razón muy concreta.
Lucy Brown, neurocientífica de la Universidad de Medicina Einstein, Nueva York, nos explica en varios de sus estudios y trabajos que cuando nos enfrentamos a una ruptura, pérdida o rechazo, el cerebro trabaja con otros sistema neuronales más primitivos. Son de hecho muy semejantes a los que nos hacen tener hambre o sed.
Por lo tanto, resulta muy complicado poder “apagar” esa necesidad, ese dolor impreso y compulsivo en nuestro cerebro. De ahí que la mente, se alimente de ese dolor y nos haga seguir recordando escenas, momentos, palabras…
Ahora bien, todos podemos mitigar ese dolor; un sufrimiento además que el cerebro interpreta como real y lo equipara a una quemadura. Estos consejos ayudan a sanar un corazón roto.
1. Sanar el autoconcepto
Sabemos que el amor favorece nuestro crecimiento, nos expande y enriquece. Por tanto, una ruptura supone por encima de todo un golpe directo a nuestro autoconcepto. Podemos cometer el error de culpabilizarnos, de proyectar la decepción en nosotros o de vernos como entidades vacías sin esa persona al lado.
Las secuelas emocionales que dejan estas realidades son sin duda inmensas. De hecho, tal y como nos explica en un estudio el profesor David A. Sbarra, del departamento de psicología de la Universidad de Arizona, es común que se vea mermada nuestra autoestima y que arrastremos durante semanas y meses emociones como la tristeza y la rabia.
Hay que sanar por tanto nuestra identidad y nuestro autoconcepto. Debemos reconstruir el propio ser y focalizar todos los esfuerzos en nosotros mismos.
2. Contacto cero
Es importante tomar la decisión de dejar atrás los recuerdos para sanar un corazón roto. Para ello es necesario que establezcamos el contacto cero. No mires fotos suyas, ni dejes a la vista objetos que te recuerden a la persona, ni contactes de ninguna manera, ni por internet, ni sms, ni teléfono, etc.
La frase “con las manos llenas no recibirás nada nuevo” es totalmente cierta. Si sigues en contacto con la persona que te gusta, no vas a poder tener ojos para nadie más. Por ello toma la decisión de “cerrar la puerta” y dar paso a lo nuevo que está por llegar.
Para sanar un corazón roto es fundamental no mantener contacto con la otra persona.
3. Mantente ocupado
No hay mejor medicina que mantener la mente ocupada, sobre todo si es haciendo cosas que te gustan. Prohibido quedarse sin hacer nada, porque la inactividad trae frustración. Por ello, aunque no tengas cosas que hacer, sal a hacer deporte, ocupa tus horas apuntándote a algún curso, actividad, salida, etc….
4. Conoce a gente nueva
Las relaciones sociales traen muchas gratificaciones. Si conoces a gente nueva y das con las personas adecuadas con las que tengas feelling y haya conexión, te darás cuenta de que en la vida siempre se puede empezar de cero y la mejor manera es empezando por tus relaciones sociales.
5. Cuídate
Cuidarse es una parte muy importante para sanar un corazón rato, para recuperarse del dolor emocional. Cuando el corazón sufre, se tiene más estrés de la cuenta, por ello debemos cuidarnos más que nunca, adoptando una vida saludable en la que haya una dieta equilibrada, buen descanso con horarios estables y ejercicio regular.
6. Paciencia y aceptación
Todo en esta vida es pasajero, y el dolor emocional no iba a ser menos. Sigue adelante en tu camino aunque te hayan roto el corazón, llevando a cuestas el dolor pero sin parar de caminar, con paciencia, sabiendo que es algo pasajero que curará con el paso de los días, y aceptación, sabiendo que la vida es así, unas veces es maravillosa, pero otras, toca pasar transitar con el dolor.
El arte de la paciencia es una de las claves para sanar un corazón roto junto a la aceptación. Dejar el tiempo pasar mientras gestionamos todo lo sucedido nos ayudará a superarlo.
Ojo con enmascarar el dolor
Muchas personas se ven incapaces de enfrentar cara a cara el dolor que les produce un corazón roto. Lo que hacen es caer en el alcohol, drogas, llevar ritmos de vida poco adecuados, comer mal, etc…
Todas estas malas actitudes no son más que evasiones de la realidad. De esta manera el dolor no curará, sino que será enmascarado y te autodestruirá poco a poco. No solo seguirás con el dolor emocional, sino que además, habrás añadido más problemas que dañarán tu salud.
La manera más inteligente de sanar un corazón roto, es enfrentándose al dolor emocional. Cuidándote, aceptando, abriendo nuevas puertas y dejando que el dolor se vaya debilitando con el paso de los días.
Es más valiente quien decide enfrentarse al desamor sin dañarse, que quien recurre a una vida poco saludable para enmascarar el dolor.
Además, quien consigue sanar un corazón roto de una manera resiliente y aceptando esa situación negativa, habrá adquirido unas herramientas y un aprendizaje, las cuales, contribuirán a su desarrollo personal y a su refuerzo emocional.
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