El FOMO una nueva cara de la ansiedad
Si crees que tu vida marcha de forma muy rápida, que la sociedad exige que estés muy pendiente de lo que suben o publican tus contactos a las redes sociales… Y si la herramienta fundamental en tu vida es tu teléfono, tablet o algún dispositivo electrónico, este artículo sobre el FOMO puede interesarte.
Seguramente cuando ingresas a las redes sociales y revisas los perfiles de tus contactos, piensas que sus vidas son muy interesantes y divertidas por todas las publicaciones hacen. También es posible que sientas la necesidad, casi obsesiva, de estar revisando tu teléfono para estar al tanto de todo. Y cuando no lo haces, sientes que te quedas atrás. Además, empiezas a experimentar malestar, ansiedad y/o miedo a la exclusión social o a la soledad. Si es así, entonces bienvenido al mundo del FOMO, o Fear Of Missing Out.
“Si estás tranquilo siendo tú mismo, y si no te comparas, ni compites con los demás, seguramente todo el mundo te respetará”.
-Autor anónimo-
De manera gradual, nuestro cerebro se aturde a medida que nos dejamos invadir por la necesidad de estar en redes y de revisar todo lo que allí ocurre. Salen a relucir emociones, como la envidia o el miedo a no avanzar, especialmente si nos comparamos con otros.
Analiza si tienes alguna de esas señales, u otras igualmente graves como son la nomofobia, es decir, el miedo irracional que aparece cuando tu teléfono no está operativo. Así mismo, piensa si tienes síntomas de phubbing: ignoras a los demás por estar pendiente de tú móvil. Si es así, probablemente formas parte de las víctimas del FOMO.
El FOMO o miedo a perderse algo
La necesidad de revisar tu móvil y tener conocimiento de las últimas publicaciones de tus contactos puede llevarte a un punto de sufrimiento innecesario. Si bien la mayoría de nosotros somos curiosos con lo que sucede en nuestro entorno online, también puede, en extremo, convertirse en una parte importante de un cuadro clínico.
El miedo a no estar en sintonía con lo que pasa en nuestras redes y la tendencia a estar comparando nuestra vida con la de otros, muchas veces deja en nuestra mirada un poso de pesimismo. Aumenta nuestra inseguridad y nos hace creer que nuestra vida es inferior a la de nuestros amigos. Nos aísla paulatinamente y merma nuestra capacidad para concentrarnos.
El FOMO también tiene el poder de condicionar el valor que le damos a nuestros logros. Llegamos a estar más pendientes de lo que ocurre en las redes sociales que en la vida real. Es claro que las fiestas, los viajes, las salidas a restaurantes caros o los logros laborales marcan tendencia en el mundo de las redes sociales. Sin embargo, ten presente que esta exposición es parcial y que rara vez constituye una visión ajustada de la realidad de quien publica.
Cuando eres víctima del FOMO, la ausencia de conexión genera angustia, ansiedad y estrés. Por lo mismo, es muy importante que hagas un trabajo de regulación emocional. En tener más contactos reales que virtuales, planificar actividades fuera del mundo tecnológico, como caminar o bailar.
Curiosidad u obsesión de saber todo lo que pasa en las redes
El teléfono es una herramienta muy potente, un distractor permanente que puede llegar a condicionar, de manera seria, nuestra vida. La constante necesidad de revisarlos, de usarlos y de estar pendientes de lo que ocurre en Internet puede nacer de un deseo de recibir aprobación y admiración de los demás. Si bien todos podemos tener curiosidad por lo que ocurre, hacemos bien cuando impedimos que esta curiosidad tome el timón de nuestras vidas.
Igualmente, debes saber que el FOMO afecta más a aquellos jóvenes con algún tipo de dependencia familiar o social. Con frecuencia, se valen de las redes para construir y reafirmar su identidad. Por eso no quieren perderse nada de lo que ocurre en el mundo virtual.
Finalmente, es importante entender que no es nada grave carecer de una vida tan ajetreada como la que parecen proyectar algunas personas en las redes. Pueden alardear de sus actividades y tú puedes saber de ellos, pero sin excederte ni compararte. No vale la pena. A cambio de esto, cuida de tu motivación por objetivos del “mundo real”, intenta que las redes no terminen dando forma a una barrera que te aísle de tus amigos y familiares y haz un análisis crítico de aquello que ves publicado en la red.
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