En nuestra vida, en varios momentos nos sentimos perdidos. Con mayor o menor frecuencia creemos que este no es nuestro lugar, que no hacemos lo que nos hace felices o que lo que hacemos nos priva de las cosas buenas. En definitiva, que estamos mal y no le encontramos el sentido a nada. Bien, pues entre tú y yo, de milenial a milenial, de perdido a perdido, ahora te tocan las preguntas del examen de tu vida que no llevas estudiado.
¿Realmente estoy perdido?
Es la primera de muchas preguntas que debes hacerte cuando te sientas así.
Sinceramente, creo que todos tenemos un destino, del que normalmente nosotros mismos decidimos el trayecto. Perderse es habitual si no sabes el camino, aprender de ello es obligatorio si quieres conocerlo.
"Hay gente que pasa su vida haciendo cosas que detesta, para conseguir dinero que no necesita, comprar cosas que no quiere e impresionar a gente que odia". Este tipo de gente que describe Emile Henry Gauvreay sí que son auténticos perdidos. Tendrás un momento confundido, dubitativo o indeciso; llámalo como quieras, pero tú no eres un perdido.
¿Es la primera vez que me siento así?
Al principio te parecerá que sí, que nunca has estado peor, que todos los momentos anteriores eran exageraciones de tu mente, que ahora no hay marcha atrás o que ya no vas a poder disfrutar como antes. Vuélvelo a pensar, quizás ahora ves claro que, de tanto que andamos, alguna vez nos perdemos entre tantos sueños de grandeza; aunque sabes que siempre vale la pena luchar para cumplirlos.
¿Estaré siempre perdido?
Olvida las palabras siempre, todo, nada y nunca. Los acontecimientos son relativos y los estados son temporales, no hay verdades absolutas ni sentimientos permanentes. Puede ser que hayas tenido un golpe de mala suerte, que te haya ocurrido un desafortunado suceso o que te hayas visto involucrado en un hecho puntual, pero no, no eres un perdido.
Nuestra mente tiende hacia cuatro estados: euforia, estabilidad, irritabilidad y tristeza. Nuestras ajetreadas vidas son un vaivén entre ellos. Procuramos mantenernos entre los dos primeros, aunque a veces, las circunstancias o nosotros mismos nos lo impedimos.
¿Qué nos ha hecho llegar hasta aquí?
En plural, porque somos cuerpo y mente en uno mismo, porque cuando te sientes perdido, no hay fuerza física ni mental que te permita avanzar. Por eso, aprovecha todos esos recuerdos y arrepentimientos que pasan por tu cabeza para amueblarla un poco, para hacer backgroundde lo que te ha llevado hasta aquí y empezar a construir otro presente. El que mereces, el que está hecho por y para ti.
¿Estoy perdido por el trabajo, la familia, la pareja o los amigos?
Quizás es todo un poco, quizás es miedo a algo nuevo, a algo mejor pero que no te atreves a decirlo. Cambia algunas cosas de tu trabajo, procura ser asertivo en tu casa y no dejes de ser tú mismo con los demás.
Una de las grandes ventajas de sentirse perdido es que es el momento de actuar, de tener el deseo de no querer sentirse así.
Sí podemos afirmar que en los peores momentos es cuando surgen las mejores ideas, que la necesidad incrementa el ingenio así como inspira a los artistas, y que en la desesperanza se sacan fuerzas sin límites.
¿Sé lo que quiero hacer?
"Si ya sabes lo que tienes que hacer y no lo haces, entonces estás peor que antes". Confucio nos dejó estas gratas palabras que con frecuencia solemos olvidar.
Aprovecha cada momento, desapúntate del Máster de Cobardía que te sacas en la Universidad del Conformismo y empieza otra carrera, una de velocidad, una en la que tú eres el único aspirante y ganador. Esta carrera se corre montado con valentía, en un circuito en forma de sonrisa y con combustible hecho de coraje.
¿Le estoy dando sentido a mi vida?
"En realidad no importa que no esperemos nada de la vida, sino si la vida espera algo de nosotros" (Victor Frankl). La vida son momentos, algunos altos y otros bajos creados por circunstancias internas y externas, aunque eres tú quien decide la intensidad de las pendientes; ese es el sentido que le quieres dar a la vida, y lo que ella espera de nosotros.
¿Y ahora qué?
Hay múltiples preguntas que hacerte cuando estás perdido, pero solo una única respuesta: deja de esperar y empieza a aceptar; si te sientes perdido, entonces tranquilo, lo mejor está por llegar