Si las conductas de apego está demostrado que responden a un instinto de supervivencia, no lo es menos que, a lo largo de la vida, van a constituir una parte irrenunciable de nuestro ser. Estas emociones de protección son necesarias para tu desarrollo personal, siempre en su justa medida.
Por ejemplo, nuestras amistades, parejas o familia son personas con las que vamos a sentir un cierto apego, en tanto en cuanto este se concreta como afecto, lealtad y unión. En contra de lo que se piensa, estas conductas son necesarias para vivir, no solo durante la infancia, porque necesitamos un estado de equilibrio psicomocional
Entender el apego desde una perspectiva holística empieza por asumir que no tenemos que huir de las emociones que lo generan, sino que hay que dejar que pasen, integrarlas y, de esta forma, poder avanzar. El apego no es negativo per se en la edad adulta, lo que puede ser negativo es entenderlo mal, como vamos a ver.
Cuando una persona quiere mantener a toda costa una relación tóxica, podemos hablar de un apego mal entendido. Ahora bien, lo cierto es que, cuando se dan estas situaciones, en la mayoría de los casos responden al hecho de que la persona tiene otro tipo de carencias que intenta tapar manteniendo relaciones insatisfactorias por miedo a perderlo todo. En las relaciones de pareja o de amistad, son lugares comunes cuando una persona tiene problemas de autoestima.
El caso contrario se puede dar en personas que no son capaces de establecer vínculos sanos y estables fundados en el apego. La persona que nunca acepta compromisos de ningún tipo rechaza el apego y, de alguna forma, se pone una coraza que le impide avanzar en su vida afectiva. Aunque no suele hacer daño a terceros porque no da pie a determinadas cosas, es negativo para su crecimiento personal.
Dicho de otra manera, los excesos en el apego vienen como compensación de otras carencias y no podemos hablar del cuerpo humano como un conjunto de células aisladas. Somos la unión de cuerpo, mente y espíritu; cuando una parte no funciona bien, las demás tampoco lo hacen. Por este motivo, un apego sano es la base para el equilibrio personal y social.
Conociendo esta perspectiva, podrás avanzar para que seas feliz.