El ego tiende a equiparar Tener con Ser: “Tengo, luego Soy”. Y cuanto más tengo, más soy. El ego vive a base de comparaciones. El modo en que te ven otros se convierte en el modo cómo te ves a ti mismo.
Equiparar lo que vales con lo que tienes te condena a perseguir cosas por el resto de tu vida con la vana esperanza de descubrir así quién eres y darle sentido a tu existencia.
El ego está reflejado en la expresión “YO TENGO” que denota posesión, control, seguridad, poder, reconocimiento, envidia, etc… El espíritu se refleja en la expresión YO SOY que significa amor, confianza, fe y desprendimiento.
Cuando despierta la consciencia dejamos de identificarnos con las cosas que tenemos y con lo que hacemos, porque ya no nos encontramos a nosotros mismos en ellas; vivimos en el Yo Soy, disfrutando del proceso y sin la urgencia de alcanzar resultados.
Sentirse vital y satisfecho tiene más que ver con nuestro interior que con el exterior