Realizar comentarios sobre otras personas, es una costumbre del ser humano muy arraigada, solemos ser parte de los llamados chismes, casi de manera automática, incluso en muchas oportunidades ni siquiera nos percatamos de que estamos participando en el desprestigio de alguien, en alguna calumnia o simplemente en comentarios que a la larga no generan ninguna buena intención
Bien es sabido, que los comentarios destructivos mueren cuando llegan a los oídos de las personas inteligentes, esto se debe simplemente, a que una persona sabia no dará continuidad a comentarios destructivos que persiguen llamar la atención partiendo del desprestigio de alguien más. Esto lo comprende rápidamente una persona inteligente, que se preocupa por vivir su propia vida y que además puede desintegrar el llamado chisme en un mínimo instante, bien sea razonando sobre el comentario en cuestión o sencillamente no prestando oídos ni palabras para dar continuidad a esta cadena.
Los comentarios destructivos no implican un culpable, en realidad si observamos con claridad, nos daremos cuenta que todo aquel que se convierte en eslabón para ir dando paso y avance a ese comentario, es tan culpable y responsable como aquel que engendró el mal comentario, pues eres parte de la cadena, sin pasar por ti no puede circular y continuar su camino, en cambio si simplemente rompes el eslabón para que continúe, el chisme se irá desintegrando en si mismo.
Esto puede parecer muy complicado para muchos, especialmente cuando prestas oídos a estos comentarios por simplemente seguir la corriente a un grupo o no ser desagradable con quien repite el cuento y se convierte en ese instante en el centro de atención, sin embargo, si tan solo te tomas un segundo previo para saber retirarte y demostrar que es un comentario que no te interesa en lo más mínimo o acotas que no es algo que pueda saberse cierto, verás como de inmediato generas una reacción que también va en cadena para quienes están alimentando este comentario destructivo, pues es un alerta de que estamos participando en algo que además de ir en detrimento de alguien más, no sabemos siquiera si es cierto.
Actuar como cómplices en la continuidad de los chismes, es un hábito que no solo destruye a los demás, sino que se va instaurando en nosotros mismos de tal manera, que se convierte en una costumbre tan natural que se puede terminar repitiendo cualquier barbaridad sobre alguien, o hasta agregando criterios y palabras que se nos van ocurriendo en el camino y esto lo puede hacer cada eslabón de esa cadena que va dando progreso al comentario destructivo.
Tomar la acción de no ser el eslabón por donde circule un chisme, puede parecer un acto muy pequeño, pero si reflexionas te darás cuenta de que ocurre todo lo contrario, que tu contribución, por pequeña que parezca, representa el inicio y entera destrucción de ese comentario, que no tendrá mas avance y que morirá en ese instante o perderá tanta fuerza que comenzará a generar dudas en quienes tomaron la elección de creer en el.
Somos responsables de nuestras elecciones y de nuestros pensamientos en torno a nuestra propia vida, pero también tenemos una gran influencia en la vida de los demás, en lo que enviamos de alguna manera a su vida y que además se refleja en la nuestra.
Las buenas acciones y los pensamientos limpios y claros, siempre traen luz a nuestra vida, y cada acción que no seguimos en contra de los demás, no solo es un beneficio dado, sino que además nos será devuelto en cualquier momento.