Como una cadena de eslabones conformados por pensamientos, palabras, actos, decisiones y valores es como se va forjando nuestro presente y por supuesto, un futuro no tan próximo. El poder de la creación y la fuerza con la que enfrentamos cualquier adversidad viene del impulso que genera el pensar y sentir con atención en nosotros mismos, pues nuestro presente no proviene de ninguna otra parte más que de nuestros pensamientos del ayer, puesto que construir nuestra vida no es posible sin la creación mental de la misma.Así que basar todo lo que somos, tenemos y hacemos en algo más que no sea nuestra mente y lo que piensa, así como en nuestro corazón y lo que siente, es un error de enfoque que puede costarnos nuestra felicidad, pues de acuerdo a la ley de la atracción, la felicidad se basa en la relación que gira en torno a ser lo que pensamos para llamar lo que deseamos.
Es más complicado de lo que suena, pero a partir de algunos puntos importantes que tal vez desconocías sobre esta ley, puede que esclarezcas más tus dudas sobre cómo funciona.
El amor viene desde dentro de ti no del exterior.
Es decir, pensar en amor resulta en más amor, jamás intentes buscarlo debido a que no lo sientas o no creas tenerlo, porque de esa forma jamás aparecerá; así que concéntrate en todo el amor que ya sientes, ya sea dentro o alrededor de ti.
¿Cómo lo hago?
Olvídate del pasado y los miedos que experimentaste, por algo surgieron y ocurrieron así, pero pasaste la prueba y ya no tienen por qué regresar si tu pensamiento es positivo.
Reconoce la fuerza de tu mente.
Subestimarla es lo mismo que odiarla y si la odias te estás privando de todo lo bueno que pudiera llegar a ti; reconocer tu capacidad mental para atraer todo lo que quieres multiplicará lo que recibirás por parte del mundo.
¿Cómo lo hago?
Evita pensar o pronunciar frases como “eso no va a funcionar” o “no creo que me ame”, porque entonces eso es lo que obtendrás; decreta lo que deseas aunque dudes merecerlo, así afirmarás que conoces tu valor y comenzarás a creerlo de verdad.
Lo que sientes siempre se relaciona con lo que piensas.
A veces nos gustaría dividirnos en dos: el sentimiento y la razón; pero esto es imposible, pues si tus sentimientos son de odio y frustración, tus pensamientos también lo serán, ya que te limitas únicamente a eso y jamás darás oportunidad a todo lo bueno de tocar a tu puerta.
¿Cómo lo hago?
Cuando sientas, aunque sea sólo por un segundo, un poco de alegría o agradecimiento por cualquier razón, concéntrate en esa sensación y trata de mantenerla presente hasta transformarla en un pensamiento.
Ser positivo es un propósito, no una cualidad
Es cierto que existen personas más dinámicas, enérgicas o extrovertidas que otras, pero nadie nace con más pensamientos positivos que otros, aprendemos a desarrollarlos durante todas la etapas de nuestra vida, así que jamás te estigmatices como una persona negativa y de mala suerte incapaz de cambiar ese aspecto de tu personalidad.
¿Cómo lo hago?
Un día, cuando que te sientas con la energía suficiente, plantéate como único propósito ser positivo, trata de vivir todo a través de ese pensamiento y verás que a tu alrededor comenzarán a suceder cosas buenas, por lo que éstas llamarán a otras mejores y además, al sentirte rodeado de sensaciones positivas, ningún evento desagradable no te afectará con el impacto que lo hacía antes.
Complementa tus pensamientos a través de tus acciones
Por ejemplo: si quieres conseguir un nuevo trabajo puedes empezar a visualizarte en él, incluso si ni siquiera has comenzado a buscar vacantes debes pensar como si ya te hubieran confirmado tu contratación. Evidentemente, el trabajo que a todos nos cuesta conseguir lo que nos proponemos no se limita a una serie de pensamientos y un poco de imaginación, debes buscar las oportunidades que te lleven a conseguir tu meta.
¿Cómo lo hago?
Si tus acciones son acompañadas por sentimientos y pensamientos positivos, y sobre todo, se relacionan con lo que estás por hacer o lo que buscas conseguir, los resultados serán los esperados.
Los pensamientos pueden resultar complicados de crear si eres una persona distraída o con dificultad para concentrarse en una actividad, si es el caso, muchos practicantes de esta filosofía recomiendan decir algunas frases que ayuden a tu mente a aterrizar el pensamiento sobre una base un tanto más tangible.
Puedes probar con algunas oraciones simples como:
- “Gracias por esta vida”. Como una forma simplificada de comprender parte de las afirmaciones que el escritor Echart Tolle hacía cuando se refería a que “el pasado no tiene poder sobre el momento presente”.
- “Sí puedo”. Pues como dijo alguna vez el creador del imperio de los sueños más fantástico de todos los tiempos, Walt Disney, “si lo puedes soñar, lo puedes hacer”.
Si decides depositar tu confianza en esta ley, antes de comenzar tienes que pensar en todo lo que deseas para tener muy claro qué y para qué lo quieres, pues las visualizaciones de ti mismo con aquello que anhelas deben ser lo más claras y veraces posibles. Como si lo estuvieras sintiendo o viviendo, debes pensar en eso antes de dormirte, recién te levantes y de manera inconsciente comenzarás a soñarlo y a pensarlo durante varios momentos del día, siempre y cuando la pauta para estos pensamientos no se basen en negaciones, impedimentos o carencias, pues eso sería volver al punto de partida en el que pensamos y sentimos lo que nos falta, olvidando todo lo que ya somos y tenemos.
Puede ser que la dificultad de pensar positivo o imaginar lo que tanto deseamos como parte de nuestro presente se deba a un cansancio emocional que ciertas situaciones nos generan
“Mantén tus pensamientos positivos, porque tus pensamientos se convierten en tus palabras. Mantén tus palabras positivas, porque tus palabras se convierten en tus comportamientos. Mantén sus comportamientos positivos, ya que sus comportamientos se convierten en tus hábitos. Mantén tus hábitos positivos, porque tus hábitos se convierten en tus valores. Mantén tus valores positivos, porque tus valores se convierten en tu destino”.
Mahatma Gandhi