La semilla

La semilla no puede saber qué va a suceder, la semilla nunca ha conocido la flor. Y la semilla no puede siquiera creer que tiene el potencial de convertirse en una hermosa flor. El camino es largo, y siempre es más seguro no recorrer el camino porque el trayecto es desconocido, nada está garantizado.

Nada puede ser garantizado. Mil y uno son los riesgos del camino, son muchos los escollos – y la semilla está segura, escondida dentro de una dura coraza. Pero la semilla lo intenta, hace un esfuerzo, tira la dura concha que es su propia seguridad y comienza a moverse. Inmediatamente la lucha comienza: la lucha con la tierra, con las piedras, con las rocas.

Y la semilla era muy dura y el brote será muy, muy suave y los peligros serán muchos.

No había peligro para la semilla, la semilla podía haber sobrevivido por milenios, pero para el brote los peligros son muchos. Pero el retoño emprende hacia lo desconocido, hacia el sol, hacia la fuente de luz, sin saber dónde, sin saber por qué. Enorme es la cruz que ha de cargarse, pero la semilla posee un sueño y la semilla se mueve.

El mismo camino es para el ser humano. Es arduo. Mucho valor se necesitará.

Una pequeña flor silvestre que se ha encontrado con el reto de rocas y piedras en su camino para emerger hacia la luz del día. Rodeada de un aura de brillante luz dorada, expone la majestuosidad de su pequeño ser. Desvergonzada, es igual al sol más brillante.

Cuando nos enfrentamos a una situación muy difícil, tenemos que elegir:

Podemos ya sea tener resentimientos y tratar de encontrar algo o a alguien a quien culpar de las dificultades…. O podemos encarar el reto y crecer.

La flor nos muestra el camino, cómo su pasión por la vida la guía fuera de la oscuridad y hacia la luz no tiene sentido quejarse de los retos de la vida, o tratar de evitarlos o negarlos. Ellos están ahí, y si la semilla va a convertirse en flor, tiene que atravesarlos.

Ten el suficiente valor para convertirte en la flor que has de ser.

Osho

encarar el reto...aguantar el tirón así reviente!!! como la semilla...

creer, creer, creer en uno mismo...o tener fe, viene a ser lo mismo, no?

gracias por la reflexión 

besossss lindossss

Y exponerse para crecer, ¿no?

Hoy que me encuentro zen, el post me ha recordado la flor perfecta de Katsumoto en El Último Samurai... "La flor perfecta es algo muy raro, podríamos pasar toda una vida buscándola y no sería una vida desperdiciada". Pero al final de la peli y antes de morir tiene una visión en la que dice "perfectas... todas son perfectas".

Saludos, cierto Cogito, porque en ese crecimiento la flor se va a exponer a todas las inclemencias meteorológicas, inclemencias que antes no la veían, no la tenían en consideración, no la envidiaban, inclemencias que al ver que una de ellas deja de ser solo una semilla y se convierte en una flor radiante, intentaran apagar, marchitar, secar su luz…

Y como no, algo que dije en un post hace tiempo, la misma semilla, ahora convertida en una tupida planta de bellas flores, deberá soportar el peso de la responsabilidad, del duro esfuerzo que ahora tiene, pues si le costó convertirse en lo que ahora es, más le costara mantenerse…

Un abrazo