Tema: La Verdadera Destreza, una escuela española. Miér Jul 13 2016, 14:59
La destreza se ha convertido en un mito. Este es uno de los sistemas más debatidos entre los practicantes de la esgrima sobre su efectividad o no. Para los aficionados al Siglo de Oro, es la escuela que hizo famosa la esgrima española y, en muchos casos, temida. Sin embargo, ¿qué es realmente la destreza verdadera? ¿Y qué la hace tan especial frente a las demás escuelas europeas de su tiempo? ¿Era realmente la destreza verdadera el sistema que hizo famosos a los soldados españoles de los tercios o la llamada destreza vulgar tuvo también mucho que ver?
Una lección de historia
Nace el siglo XVI. Esta es una época de duelos y muerte a manos del acero. Las guerras de Italia traen a la Península Ibérica la costumbre del gentilhombre con honor, que debe defender con su vida la honra. Comienzan a surgir las primeras escuelas de esgrima para el hombre vulgar y no para el noble. En lo que dentro de poco será conocido como España, nace Jerónimo de Carranza, que será conocido en un futuro como el creador de la verdadera destreza.
Sin embargo, aún no existe un estilo definitorio español que destaque. Los primeros maestros concierta fama llegan de Italia y Alemania, cada nación son sus respectivas armas, estoque y espada larga, respectivamente. A las escuelas españolas que comienzan a surgir se las llama escuelas de la destreza, que es el nombre que se le da al arte marcial nacional. A pesar de utilizar el estoque, en su versión patria, no utilizan el sistema italiano, basado en posturas más inmóviles y guardias de dificultad física en ocasiones. El estilo ibérico nace a partir de técnicas más antiguas, posiblemente sacadas de la antigua espada de mano y media, pero transformándola a una sola mano y aligerándola, haciéndola muy efectiva al estoque. Sin embargo, aún no es lo suficientemente ligera para llamarla ropera, nombre que se le dará ya en el siglo XVIII, llamándose simplemente espada de forma habitual.
El sevillano Carranza, en 1569, publica la obra que transformará la destreza española, creando un sistema con unos principios unificados y eficientes. Este tratado, que en realidad es un diálogo, se llamó De la Filosofía de las Armas y de su Destreza y la Aggression y Defensa Cristiana. Al estilo de lucha que proponía el maestro hispalense se le comenzó a llamar Destreza Verdadera y al practicado por el resto de sus coetáneos, Destreza Vulgar.
La ciencia cristiana de la espada
El título de la obra de Carranza muestra sus proposiciones, haciendo de la esgrima algo cristiano. El por qué de hacer un sistema de esgrima cristiano tiene su origen en el aumento de los duelos ilegales en las calles de todas las grandes ciudades europeas. EL Papa y el clero, en general, no aprobaban los duelos por honor, ya que era una forma muy poco cristiana de matar. El único motivo era el propio orgullo. Carranza, como deja muy claro su tratado, no deja válidas otras formas de matar por la espada si no son cinco: defender a los débiles, a la familia y amigos, al rey, a la nación y, por encima de todo, a la religión. La Iglesia no podía negarse a la práctica de una esgrima que se dedicara a protegerla, y menos aún si en este diálogo aparece por todas partes la palabra defensa. El objetivo de Carranza no era principalmente matar al enemigo, ni ser el mejor esgrimidor, sino defender las cosas importantes en aquel entonces. Los lances por honor quedan excluidos de la verdadera Destreza.
Aunque Carranza opina que la esgrima se debe utilizar sólo en legítima defensa, su tratado también nos deja una parte del título, la de aggrresión. Carranza enseña también muchas tretas o técnicas de la Vulgar, ya que todo esgrimista debe conocerlas y ejecutarlas correctamente, aunque no las utilice, al menos de forma oficial, en su Destreza. Las técnicas que utiliza, realmente no son innovadoras. Otras escuelas y maestros también las utilizan. Lo que hace más grande a Carranza es que crea unos principios de combate con los cuales puede originarse cualquier treta. Las distancias, los pasos y el ángulo de la espada se convierten en algo principal en la nueva ciencia del combate que está creando. Ya no se gana un combate por un buen movimiento de la espada, sino por estar en el lugar apropiado en el momento oportuno. Y para poder explicar de forma clara sus teorías y métodos, recurre no sólo a la práctica, si no a las matemáticas y a la geometría, de tal manera que todos sus conocimientos puedan plasmarse con exactitud en un libro. A partir de entonces, sus sucesores tratarán como núcleo la geometría para explicar y utilizar la esgrima, especialmente el que será su discípulo, que más tarde repudiará: Pacheco de Narváez.
La esgrima de Pacheco
En su monográfico, Demystification of the spanish school, Ramón Martínez, maestro de esgrima expone algunas de los sistemas que hicieron grande la esgrima española. La geometría, con Pacheco de Narváez y toda su obra, alcanzan su cénit. Las diferencias entre maestro y alumno comienzan a sucederse mientras se va denotando las diferencias de concepto entre ambos maestros. Aunque ambos siguen la geometría como base para utilizar la espada, cada uno la interpreta de una manera diferente. Carranza utiliza la geometría como principio y base para explicar el por qué de sus tretas, mientras que Pacheco da un paso más y afirma que no es necesaria la práctica para crear una treta, sino simplemente para demostrarla. Con Narváez, ya no es necesario combatir y probar. Prueba y demostración salen de la teoría matemática. El sistema pues, es muy sencillo, y sigue un método deductivo. En primer lugar, hay unos principios inalienables de la esgrima: la distancia adecuada, generalmente con las punta de la espada a la altura de la cazoleta enemiga; el ángulo de la espada, que siempre será recto, de unos noventa grados respecto al suelo y paralelo a este; y el círculo de esgrima, que surge de los pies e los contendientes y determina los pasos posibles y seguros que deben darse. A partir de esos principios, sólo consiste en la suma de movimientos y posibilidades para crear un esgrima segura y efectiva. En cuanto al círculo de la esgrima, hay que recordar que tras cada paso y treta, el círculo vuelve a iniciarse desde la posición del tirador y así se crean más técnicas. El objetivo es que, a través del entrenamiento, los principios de distancia, pasos y ángulos queden grabados en la mente del tirador para que siempre se utilicen correctamente.
Glorias y penas de Destreza Verdadera
En teoría, queda un sistema muy limpio, claro y sencillo, capaz de crear infinitas tretas, todas ellas efectivas e impolutas, sin ninguna falla. Sin embargo, la destreza verdadera fue y es criticada por dar por sentadas demasiadas cosas. En primer lugar, es un sistema muy defensivo, donde el objetivo es provocar al contrincante a que se salga de su distancia y ángulo imbatibles, por tanto, dos maestros de la Destreza que combatan entre ellos de una manera perfecta, en ningún caso uno podría ganar al otro, pues jamás saldrían de su posición segura. En segundo lugar, existen muy pocas tretas oficiales de destreza verdadera, ya que se basa en un principio y no en una serie de técnicas y posiciones, como la esgrima italiana. En la destreza verdadera sólo existe una posición, y es el ángulo recto. Por tanto es una esgrima más predecible, aunque no anquilosada. Posiblemente esa es la razón por la cual, hasta la prohibición de las espadas por los borbones, siguieron existiendo escuelas de Destreza Vulgar, que seguían utilizando los antiguos métodos.
La Destreza Vulgar y las otras escuelas europeas, como la italiana se basan en una serie de guardias y tretas que la Destreza Verdadera no reconocen. Estas tretas se basan en el engaño y la variedad de posiciones, lo que las hace menos seguras, pero mucho más agresivas. Esto las hace incompatibles con la Verdadera, puesto que en muchos casos no son para nada defensivas. Y es que para atacar a un rival siempre hay que asumir un riesgo, aunque sea pequeño. De todas formas, la Verdadera Destreza es un sistema, a pesar de las críticas, efectivo. Minimiza riesgos y es rápida de aprender. A pesar de sus limitaciones resulta más que adecuada y permite adaptarse a casi cualquier sistema enemigo, ya que pese a todo, no tiene grandes oberturas en la defensa. Resulta un sistema cómodo, pues no es necesario un gran físico para salir de muchas situaciones. Es un sistema muy dinámico porque basa sus maniobra en los pies y no en el brazo. Difícil sería encontrarse a un diestro quieto en una posición, como es propio de la esgrima italiana. Además, para el arma principal de su época, la ropera, resulta un sistema hecho a medida. Este arma, una espada de calle, para defenderse y hacer duelos en las angostas calles del Barroco, es perfecta pare el estilo paciente y dinámico que este estilo ofrece, donde aprovecha las ventajas del estoque al máximo.
Muerte de un mito
A principios del siglo XVIII, la moda cambió en la guerra y las espadas dejaron de ser un elemento principal. Los estoques, en especial, sufrieron una gran caída. La prohibiciones sucesivas a portar espadas y la moda francesa de los duelos a primera sangre con espadín poco a poco dieron con la decadencia del sistema español, que necesitaba de una espada más potente que el ligero estoque francés. Aún así, surgieron muchas escuelas españolas que utilizaban el florete y el espadín, pero sobre la base de un arma francesa creada para un estilo extranjero, al que hubo que adecuarse. Sin embargo, parte del legado de la Destreza perdura. El juego de distancias, la posición de ángulo recto y las matemáticas siguieron usándose por todas las escuelas como el mejor método para entender y practicar las nuevas disciplinas. Sin embargo, las razones que antes empujaban a echar mano del acero se perdieron y, con ello, el sistema que permitía empuñarlo.