Tema: Los domingos por la tarde Dom Jul 10 2016, 15:33
A despedir la semana con música de unos coleguitas:
Mi tío, que tiene un tanque, del Vinalopó a Getafe le ha dao’ un disgusto: dice que le gasta mucho, que tampoco corre tanto y se ve que, a parte, le han dicho de la manera de desplazarse que no es ni tan importante... Le han dicho de la manera, le han dicho, de la manera de equivocarse, que es lo mismo que acertarse a distinguir la última cosa de la primera; de huir del sopor de "esto ya no es lo que era", que no hace sino cansarte, y que mejor que mirar los toros de la barrera, es acertar a equivocarte.
Y hay uno que tiene un palco, ni manco, ni pentatónico catequista, creo que tiene una lista de cosas que cambiaría pa’ cuando llegue de vuelta ese viejo amor que tanto le duele, y al que le perdió la pista... Y dice de la manera, y dice, de la manera de enamorarse, que es lo mismo que olvidarse de que tu alma se ha caído en esa marea, igual que cayó del mundo de las ideas e intenta recuperarse de tanto aguantar el palo de la bandera, pa’l final enamorarse...
Que siempre hay algo que hacer cuando no hay nada que hacer, sólo es que todo lo vemos del color de los cristales. Que siempre hay algo que hacer cuando no hay nada que hacer, y que todos somos buenos, los domingos por la tarde.
Y el Barri, que tiene un saque, gazpacho entre melancólico metodista, y friki rey de la pista, tiene el tímpano que cuando escucha le duele... y me cuenta de últimamente que ya no suele meterse en nidos de avispas. Y dice de la manera, dice, la mejor manera pa’ cuando acabes, el mejor de los finales es saltarse los detalles en la entrevista. Y vuelta a los arrabales de las revistas y a escarbar en los panales, que a veces suceden cosas ni tan previstas, ¡pasa en todos los portales!
Que siempre hay algo que hacer cuando no hay nada que hacer, sólo es que todo lo vemos del color de los cristales. Que siempre hay algo que hacer cuando no hay nada que hacer, y que todos somos buenos, los domingos por la tarde. Que siempre hay algo que hacer cuando no hay nada que hacer, sólo es que todo lo vemos del color de los cristales. Que siempre hay algo que hacer cuando no hay nada que hacer, y que todos somos buenos, los domingos por la tarde.