La fuerza angelical constituye un recurso muy importante para sentirse cerca de nuestros protectores. Cada persona tiene un ángel guardián con el que puede sentirse resguardado y a quien pedir nuevas energías cuando los bríos cotidianos se están agotando. Estos seres celestiales, también, ayudan a mejorar los aspectos esenciales para vivir mejor, tal como el trabajo, la salud y el amor. En esta nota, usted podrá conocer el mejor modo de comunicarse con los ángeles en busca de triunfos laborales, estabilidad y prosperidad, así como también aprenderá a descubrir ese protector que lo acompaña durante todo el año.
Calendario angelical del trabajo
Los ángeles tienen una influencia celestial que se manifiesta en ciertos días de la semana, así como en ciertos meses. Por eso, conocer sus épocas de mayor presencia es muy importante para aprovechar su fuerza benéfica y solicitarle ayuda en los aspectos importantes de la vida. Se considera que los ángeles son los trabajadores del Cielo, porque se encargan de enviar mensajes, cumplir tareas de Dios, viajar a la Tierra para observar el comportamiento de los hombres y realizar diversas labores que los transforman en seres activos y para nada perezosos. Es por eso que invocarlos para solicitarles protección, cuando hay problemas laborales o cuando se desea progresar, es una excelente decisión: nadie más que ellos saben cuánto cuesta el trabajo y lo importante que es sentirse satisfecho en las tareas cotidianas. En consecuencia, los ángeles pueden llegar a ser aliados imprescindibles para que usted obtenga éxito y buenas recompensas por su esfuerzo.
Cómo está formado
El “cronograma” de los ángeles, durante todo el año, está dividido en meses; en cada uno, hay un ángel guardián que ejerce mayor influencia durante ese período. Cada ángel rector posee una serie de cualidades que se deben tener en cuenta si se quiere invocarlo.
El calendario de los ángeles, mes por mes, es el siguiente:
Enero: Cassiel, el ángel del trabajo
El inicio de los años marca nuevos proyectos, diferentes metas y deseos de concluir lo que en el período anterior había quedado incompleto. Es por eso que Cassiel brinda energías renovadas para seguir adelante y ayuda a cumplir los propósitos de la vida. Se identifica con las características de profesionalidad y labor incesante. El don que otorga a los que lo llaman es el de la responsabilidad.
Febrero: Uriel, arcángel de la libertad
Colabora en fijar objetivos con creatividad. Permite que los pensamientos se alejen, aunque sea un poco, de las necesidades cotidianas para dejar que la mente “vuele” y reaccione en función de los deseos más profundos. Ayuda a darse cuenta del inmenso poder del libre albedrío, por eso el don que brinda es el de la libertad, a la vez que nos hace más conscientes de nuestras elecciones y de nuestras creencias.
Marzo: Asariel, el ángel de la esperanza
Mantiene la fe a pesar de las desilusiones. Aún cuando los indicios materiales se observan insatisfactorios, Asariel logra que renovemos la apuesta y nos permitamos soñar. Brinda contención en momentos de crisis, y ayuda a pensar que Dios -o el Supremo en el que se crea- está tanto en los momentos buenos como en los malos. Brinda el don de la fe, de la esperanza.
Abril: Samael, el ángel de la confianza
Colabora en trasmutar las dudas, la incertidumbre y el miedo en seguridad y decisión. Es ideal para aventurarse en proyectos nuevos o para forjar nuevas alianzas con potenciales socios, en cualquier aspecto de la vida. Brinda el don de la estima personal, de la autoconfianza.
Mayo: Anael, el ángel de la voluntad
Ayuda a disipar la ciclotimia, la indecisión y la fluctuación de fuerza personal que, muchas veces, conspira contra el cumplimiento de sus deseos. Conecta a la persona, más allá de sus temores, con sus deseos más profundos y lo lleva en busca de la armonía y el equilibrio. El don que brinda es el de la paciencia y el de la belleza.
Junio: Gabriel, el arcángel mensajero de los dioses
Es el intermediario entre la Tierra y el Cielo. Protege de manera íntegra, aporta flexibilidad de pensamiento, elimina las viejas ataduras y otorga fuerzas para nuevas apuestas. Asimismo, “recarga” los centros de energía y los pone en sintonía con el medio y con los deseos. Brinda el don del conocimiento.
Julio: Ángel de la Guarda, aporta resguardo y protección
Ayuda a obtener fuerzas físicas y psíquicas para llevar a cabo los objetivos aún a pesar de los problemas que puedan surgir. Su irradiación celestial brinda paz, tranquilidad y seguridad. Brinda el don de la protección frente a los males de más diversa índole y acrecienta el poder personal de quien acude a él.
Agosto: Miguel, el ángel de la guerra
Su protección se basa en la muerte y posterior regeneración, porque a partir de la extinción es que triunfa y trae la luz. Representa la justicia apocalíptica y la distribución en el fin de los tiempos. Su acción tenaz triunfa allí donde hay oscuridad y maldad. El don que brinda es el de la victoria del bien sobre el mal.
Septiembre: Rafael, el ángel de la curación
Posee influencia regenerativa y alivia los dolores del cuerpo y del alma. Repara y sana las heridas, las roturas y los problemas materiales, así como ayuda a obtener y dar buenos consejos. Brinda el don de la sanación.
Octubre: Chamuel, el ángel del amor
De quien se dice que posee el privilegio de ver a Dios. Ayuda a potenciar la sensibilidad, a volverse más receptivo y a recuperar -o mejorar- la sintonía con los demás. Armoniza el dar y el recibir, permite perdonar sin resentimiento y pedir disculpas con sinceridad. Brinda el don del amor.
Noviembre: Azrrael, el ángel de la transformación.
Depura las vibraciones energéticas, elimina las energías negativas o impuras del aura, permite volver a empezar sobre nuevas bases. Domina los deseos inconscientes, los impulsos y las tendencias desconocidas del yo. Brinda el don del cambio, de la metamorfosis.
Diciembre: Zadquiel, el ángel de la alegría y la justicia divina.
Brinda una tranquilidad feliz y buena predisposición para el perdón y las reconciliaciones. Ayuda a atenuar los recuerdos tristes y a concentrarse en los aspectos positivos de la vida. Protege a los niños. Brinda el don de la alegría.
Ayudas laborales de cada ángel
Teniendo en cuenta las características de los seres celestiales que rigen cada mes, es posible pedirles ayudas relacionadas con su influencia. Por eso, en el plano laboral, cada uno de los ángeles del año pueden brindarse diferentes “colaboraciones”, a saber:
Enero – Cassiel
Para concluir proyectos del año anterior, para solicitar nuevas energías frente a los desafíos que parecen más complicados y consolidar las decisiones importantes.
Febrero – Uriel
Es un mes ideal para proyectar sin sentirse atado a los condicionamientos de la vida cotidiana. Se pueden fijar objetivos a mediano plazo para los que aún no existan recursos suficientes, pero se trata de deseos que traerían felicidad y éxito a la vida.
Marzo – Asariel
Cuando el camino parece cuesta arriba, este ángel brinda la tenacidad necesaria. Por eso, cuando surgen problemas laborales o conflictos que parecen difíciles de solucionar, Asariel puede brindar la fuerza de voluntad imprescindible para seguir adelante.
Abril – Samael
Ideal para comunicarse cuando se piensa que las condiciones personales no alcanzan para triunfar o, peor aún, que son características que llevarán al fracaso. Samael ayuda a ver lo más positivo de cada uno y a aprovecharlo en función de las metas fijadas.
Mayo – Anael
La fuerza de voluntad suele escasear llegando a mitad de año, cuando surgen los problemas y todavía falta mucho tiempo para tomarse un descanso. Es por eso que Anael brinda energía renovada y permite apostar de nuevo por lo que, aunque importante, parece inalcanzable.
Junio – Gabriel
Los nuevos emprendimientos y las sociedades nacientes tienen su protección con Gabriel, que por su condición de mensajero favorece las tareas de comunicación, de conciliación y de acuerdo. Por eso, éste es un mes importante para fortalecer las alianzas y limar asperezas.
Julio – Ángel de la Guarda
Este ser celestial constituye un resguardo y un escudo ante las malas vibraciones, los deseos negativos y la oposición de las personas menos constructivas de su entorno. El poder de este ángel le ayudará a tomar las mejores decisiones para su plan de trabajo.
Agosto – Miguel
Termina con las elecciones negativas que, sin embargo, permanecen vigentes. Ayuda a comenzar con una depuración interior, necesaria para la transformación que vendrá tres meses después, con Azrrael. Miguel ayudará a detectar aquellos hábitos u opciones de vida que están interfiriendo en sus deseos.
Septiembre – Rafael
Luego de la depuración, viene el momento de sanar las heridas que han quedado abiertas luego de desechar lo negativo. Es por eso que, luego de finalizar con las tendencias negativas que obstaculizaban sus planes, llega la etapa de reparar las fallas, mejorar las roturas y volver al camino.
Octubre – Chamuel
Es el mes para imprimir pasión a sus objetivos. Sólo queriendo a su plan podrá lograrlo, porque ha puesto el corazón para conseguir lo que desea. Asimismo, es una época propicia para mejorar la sintonía con los que lo rodean, porque Chamuel potencia la sensibilidad y la receptividad de las personas que le piden su ayuda.
Noviembre – Azrrael
El trabajo comenzado por Miguel, en agosto, es finalizado por este ángel. Luego de la depuración y de la curación, llega el momento de la transformación como resultado de estos cambios sufridos. Usted se enfrentará al final del año y al que viene como otra persona, nacida a partir de la adversidad, de las elecciones más propicias y de los objetivos que están cerca de conseguirse.
Diciembre – Zadquiel
Ahora sí, el final del año debe traer alegría por los proyectos conseguidos y por sentirse “en marcha” con las metas que aún no ha podido cumplir. Zadquiel ayuda a realizar balances en los que prima lo positivo y lo negativo se encuentra como experiencia asimilada, no como signo de temor que impide volver a invertir y a apostar por sus deseos.
El ritual angelical para conseguir o mejorar el trabajo
Aunque usted puede comunicarse con su ser celestial a toda hora, teniendo en cuenta su protector zodiacal (ver recuadro) o el mes en el que se encuentra, también puede aprovechar los buenos efectos de este ritual para “oxigenar” su energía laboral y orientarse hacia mejores propuestas.
Los ángeles están presentes en cada una de nuestras decisiones. Tenga en cuenta que su misión en la Tierra es acompañar a los hombres, seres imperfectos y con una extraordinaria tendencia a los errores. Invoque a sus protectores celestiales y tenga un refugio seguro, a pesar de las malas decisiones, las sorpresas amargas y la incertidumbre.
Elementos necesarios: una imagen de un ángel, al que se le anotará el nombre “Miguel”; una estampa de otro ángel que represente a su protector o al ángel rector del mes; una vela blanca; un sahumerio de sándalo o mirra; una Biblia o su libro preferido abierto en la página donde está su párrafo preferido; una llave nueva; monedas doradas y plateadas; un puñado de arroz; un puñado de maíz.
Realización: hacer un pequeño altar con las imágenes, disponiendo entre ellas las monedas, el arroz y el maíz. En el centro, encender la vela y el sahumerio. Colocarse frente al altar, apoyarse con las palmas de las manos en éste y formular, en voz alta, la siguiente oración: “Creo en el poder de los ángeles para que la suerte se vuelva en mi favor. Deseo convocar al buen azar y a la abundancia, para tener la oportunidad de encontrar un buen empleo que me permita desarrollar mis potencialidades, poner el corazón en lo que hago y mejorar mi situación. Yo (su nombre), invoco a (su ángel protector o el regente del mes) para que me ayude y me proteja en este camino que intento recorrer”.
Luego, sostenga la llave con sus dos manos, repitiendo el nombre del ángel y despídase agradeciendo el contacto con su protector. Deje que se consuman el sahumerio y la vela, y conserve la llave en un lugar donde no la pierda de vista.
Recuerdo que puede realizar este ritual no sólo para usted, sino para otros que necesiten un trabajo. En ese caso, al decir la oración formule el nombre de la persona por la que realiza el ritual y, cuando la vea, déle la llave y pídale que la guarde, sin decir nada más.