El poeta Kabir es una de las figuras mas interesantes del misticismo hindu. Nacido en Benares hacia 1440, fue desde muy joven discípulo del celebre asceta Ramananda. Este predicaba en la India del Norte el mismo despertar religioso que Ramanuja, el gran reformador del brahmanismo en el siglo XII. La predicación de Ramanuja tenia la forma de una devoción ardiente al dios Vishnu, representando la forma personal de la divina naturaleza; esta religión mística del amor es la que aparece doquiera se encuentre cierto nivel de cultura espiritual y que las creencias y las filosofías son impotentes para destruir.
Ramananda, que enseño a Kabir este místico amor, parece haber sido hombre de amplia cultura religiosa y entusiasta misionero. Habiendo vivido en la época en que la poesía lírica y la profunda filosofía de los grandes místicos persas, tales como Sadi y Hafiz, ejercían poderosa influencia en el pensamiento religioso de la India, aspiro a conciliar el misticismo de Mahoma con la teología tradicional del brahmanismo.
“Dios es el aliento de todo cuanto respira. Quien ha hallado el amor y la renuncia, jamás conoce la muerte”
- Citación :
Dios es el aliento de todo lo que respira
Dios, ¡oh, Santo!, es el aliento de todo lo que respira.
¿Donde me buscas, oh, servidor mio?
¡Mírame! Estoy junto a ti.
No estoy en el templo ni en la mezquita,
ni en el santuario de La Meca,
ni en la morada de las divinidades hindúes.
No estoy en los ritos y las ceremonias;
ni en el ascetismo y sus renunciaciones.
Si me buscas de veras me veras enseguida;
y Llegara el momento en que me encuentres.
Lo que nos socorre es el Espíritu de búsqueda constante; soy esclavo de ese Espíritu.
¡Oh, amigo! Espera en El durante tu vida,
conoce durante tu vida,
comprende durante tu vida,
pues en la vida esta tu Iiberacion.
Si no desatas tus ligaduras durante la vida,
¿que esperanza de Iiberacion tendrás en la muerte?
Creer que el alma se unirá a El solo porque haya abandonado el cuerpo, es una idea absurda.
Si lo hallamos ahora, lo hallaremos luego.
De lo contrario, permaneceremos en la ciudad de la muerte.
Si te unes a El en el presente, lo estarás en la Eternidad.
Báñate en la Verdad; conoce al Maestro Verdadero; ten fe en su Nombre.
El afán de la flor es el fruto
La luna brilla en mi interior; pero mis ojos ciegos no pueden verla.
La luna esta en mi, lo mismo que el sol.
Sin que lo toquen, el tambor de la eternidad resuena en mi interior;
Pero mis oídos sordos no pueden oírlo.
Así, en tanto que el hombre reclame el Yo y lo Mio, sus obras serán como cero.
Cuando todo amor del yo y de lo mio haya muerto,
entonces es cuando se consumara la obra del Señor.
Que el trabajo no tenga otro afán que el conocimiento.
Alcanzado el conocimiento, déjese el afán.
El afán de la flor es el fruto; cuando el fruto madura, la flor se marchita.
El ciervo contiene el almizcle, aunque no lo busca en si mismo sino husmeandolo en la hierba.
Hay que estar alerta
Ni tierra, ni cielo, ni tiempo;
nada existe ahí: ni rió, ni ribera.
No hay ahí ni cuerpo, ni espíritu.
¡Donde podrías aplacar la sed de tu alma?
Nada encontraras en esa nada.
Se fuerte y vuélvete a ti mismo.
Ahí te hallaras en tierra firme
Considera esto, ¡oh, corazón mio!
No te vayas a ninguna otra parte.
¡Oh, corazón mio! El Espíritu Supremo,
el Dueño omnipotente esta junto a ti.
¡Despierta, despiértate!
Corre a echarte a los pies de tu Bienamado,
pues tu Señor esta muy cerca.
Estuviste dormido durante siglos innumerables,
¿y no quieres despertar esta mañana?
Todo esta creado por Dios
Todas las cosas están creadas por Dios.
El Amor es Su cuerpo.
No tiene forma, ni cualidad, ni decadencia.
Trata de unirte a El.
Ese Dios indeterminado toma millares de
formas a los ojos de las criaturas:
Es puro e indestructible.
Su forma es infinita e insondable.
Danza extasiado y Su danza describe mil formas vaporosas.
El cuerpo y el espíritu desbordan felicidad
cuando los toca Su gozo infinito.
Esta inmerso en toda conciencia,
en todo jubilo, en todo dolor.
No tiene principio ni fin.
Contienese entero en su Beatitud.
Un gozo frenético abrasa mi corazón y descubre todos los misterios ocultos en mi alma.
Estoy sumergido en una inmensa felicidad que supera toda alegría y todo dolor.
El Señor esta en mi, el Señor esta en ti, como la vida esta en cada simiente.
Renuncia a un falso orgullo, ¡oh, mi servidor!, y busca en ti a tu Señor.