Cuando me desprendo de lo que soy, llego a ser lo que podría ser. Cuando me desprendo de lo que tengo, recibo lo que necesito.
Estas son paradojas femeninas o Yin:
Sometiéndome, permanezco.
El vacío está lleno.
Cuando me entrego, soy más.
Cuando me siento más destruido, crezco más.
Cuando nada deseo, todo viene a mí.
¿Has luchado alguna vez por obtener trabajo o amor y por último, rendido, descubriste que el trabajo y el amor estaban junto a ti?
¿Quieres ser libre e independiente? Confórmate a la Ley de Dios; de todas maneras, así ocurrirá.
Cuando renuncio a impresionar al grupo, me hago verdaderamente impresionante. Pero cuando solo intento parecer bien, el grupo lo sabe y me rechaza.
Los mejores trabajos los hago cuando olvido mi propio punto de vista; mientras menos parezco, más soy.
Cuando acepto los deseos del que trabaja, se terminan sus resistencias.
Así es la sabiduría de lo femenino: despréndete para lograr.
(El Tao de los líderes)