Amanecía y ella estaba lejos, muy lejos, deshaciendo y rehaciendo su creación, su ser en esta tierra, una chispa de vida que se encendió cuando decidió regresar. Nada tenia ya que sanar, decidió venir con una misión, como muchas otra almas, por amor y con amor, con lo que somos, regresó para recordar quién era y para invitarte a que tú recuerdes…
“Somos tanto y somos a la vez tan poco, nuestro cuerpo es infinitamente diminuto comparado con lo grandioso de la creación, somos tan poco y al estar aquí nos creemos tanto, y esa grandiosidad no viene de nuestro cuerpo, pertenece a nuestro ser, pero la confundimos, tapamos al ser y tomamos el protagonismo, como si nuestro saber fuese mayor que el suyo, y no sabemos nada, que fácil si nos diéramos cuenta, si reconociéramos que no sabemos nada, entonces la parte nuestra que lo sabe todo nos indicaría fácilmente el camino, pero no nos acordamos de como se hace, se nos olvidó al nacer y crecer, nos hemos quedado atrapados en la materia, en lo que vemos y tocamos, olvidando por completo qué es lo que sentimos, nuestro verdadero ser no se ve, es esencia y tiene que ser sentido, existe para sentirlo, él ha rodeado nuestro mundo de ese sentir, con la música, los sonidos armónicos, con la naturaleza, con las estrellas… con todo lo que despierta en nosotros ese AMOR que somos, estamos rodeados de ello y sin embargo nos quedamos atrapados en la materia, en lo tangible, perdiendo la percepción de lo intangible, separándonos así de nuestro verdadero ser y dejando que nuestra mente y nuestro cuerpo tomen el poder.
Tenemos tanto poder…, todo el que podamos imaginar, somos seres creadores que se han creado a si mismos y que crean el mundo en el que viven.
Somos todo y a la vez no somos nada, porque así lo hemos creído.
Hoy regresé a casa y ahora se por qué he venido, para demostrarme que podía recordar y cumplir mi misión, colaborar con muchos otros seres para despertar, para que volvamos a ser uno con todo lo que existe, para borrar las memorias dolorosas de la humanidad, para sanar el ego, para amar sin enjuiciar, para ser y dejar de hacer.
Todo lo que hagas a de ser sentido, sino es así, por favor no lo hagas.
Toda duda y pregunta sobre algo es porque realmente no lo estás sintiendo, es una artimaña de tu mente, no te quedes dudando, es que No.
Puedes y debes dirigir tu vida, si te paras y la sientes podrás verla, solo tienes que observar y sabrás qué tiene para ti el destino.
Todo momento de observación desde el sentir es regresar a casa, cuando miras, ves y no enjuicias, cuando simplemente contemplas la creación.
El silencio es la clave para encontarte, cuando te pierdas en él podrás escucharte.
Todo es perfecto, pero para creerlo tienes que sentirlo, si lo piensas caerás en la trampa del sufrimiento.
Tú no sabes nada y lo sabes todo, escucha a esa parte de ti que sí sabe.
Todos somos increíblemente hermosos, seres de luz que brillamos cuando nos apartamos del pensamiento y nos damos cuenta de quienes somos…”
Durante un retiro de silencio, meditación y Ho’oponopono, le aconsejaron tener cerca papel y lápiz para escribir por si le apetecía, repasando en su libreta encontró esto, ni siquiera recordaba haberlo escrito, pero si estaba allí sería por algo, y pensó que quizás no era solo para ella…
Mari Carmen Ruiz Fortes