Con mucho amor
La realidad es que tal vez si tuvieras todo eso que crees necesitar para ser feliz, probablemente te sentirías muy bien por algún tiempo, y pronto notarías que hay otras cosas que faltan. Y así, la carrera nunca termina.
Siempre hay algo más que se quiere o se necesita. Y nada de esto es real. Por eso se dice que si no eres feliz con lo que tienes, no serás feliz con lo que crees que te hace falta. Porque la felicidad no te la da nada exterior.
Todo lo que viene de fuera puede traer felicidad o gozo momentáneo, pero ser feliz es una decisión que se toma. Depende del estado de tu mente, de tu capacidad de no sólo aceptarte, sino de amarte tal como eres, con todo. Con lo que te gusta y te desagrada. De aceptar (que de ninguna forma es conformarse) con lo que cada día trae a tu vida.
La mente es nuestra herramienta más poderosa, y una mente mal enfocada o mal entrenada nos lleva precisamente a este punto. A creer que en otro lugar, en otra circunstancia estaríamos mejor. Y no vemos que la falta, la carencia, están en el interior, y que es un hueco que no tiene fondo, que es una lucha sin final.
Toma la oportunidad de mirarte con todo. De aceptar el momento, y ten la seguridad que no importa dónde, cómo o con quién estés, esto también pasará. Lo único permanente en esta vida es el cambio. De tu poder de adaptación depende sufrir o fluir con estos cambios.
Mira a tu alrededor, y observa lo que has creado el día de hoy. Acéptalo y ámalo, y empieza a crear algo diferente si así lo quieres y necesitas.
Fuente: Kok-Uhga(Facebook)
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