Y..¿Qué es el stress? Es un agotamiento y desgana que viene por el exceso de tensión y angustia; por un trabajo excesivo o mal organizado. Es una enfermedad más bien moderna; muchísima gente la padece. Baja nuestras defensas emocionales, mentales y aún físicas. Permite la entrada de pensamientos negativos y problemas físicos en el corazón, el estómago, la espalda y el sistema nervioso.
Se sabe que las preocupaciones excesivas y el vivir acelerados lleva al stress. Vivir siempre tensos, llevando el motor en primera y esperando en cualquier momento el golpe por los miedos irracionales, lleva a este agotamiento. Las personas siempre preocupadas por el futuro, atormentadas por ideas obsesivas, negativas (miedos a enfermedades), demasiado ocupados en conseguir, tener y competir, en cualquier momento tienen su caída, su apagón de luz y se quedan como los abejorros de mayo; esos pequeños insectos que aparecen volando, dando tumbos por las paredes de las casas, hasta que caen. Algunas personas experimentan un desmoronamiento tan grande que no vuelven a levantarse. Por eso, evite tantas preocupaciones. Sea más optimista, más positivo, tenga más fe en el Señor. No por mucho preocuparse va a alterar el futuro. Rompa pues el hábito de la preocupación.
Tome su tiempo de descanso. Aprenda métodos de relajación. Ejercite una respiración profunda y tenga tiempo para meditar, orar y oir música. Tenga además sus pasatiempos positivos como Churchill, que en plena guerra mundial se retiraba a pintar cuadros. Usted tiene derecho a un tiempo para usted.
Evite los miedos irracionales a enfermedades crueles, a una desgracia familiar, a la muerte. Para gozar de buena salud tenga una dieta adecuada, haga ejercicios, examínese periódicamente y ejercite una mente positiva. Viva el presente y goce de esos momentos cumbres que da la vida en los pequeños detalles. No quiera hacer todo a la vez. Organícese. Tenga sus prioridades. Una jerarquía de valores le permitirá invertir su tiempo y energía de manera adecuada y racional.
Cuidado con el aburrimiento y el hastío, porque esto paradójicamente produce agotamiento. Tenga siempre algo que hacer. Alguien ha dicho que se necesitan estas cosas para ser feliz: alguien a quien amar, algo que hacer y algo por lo cual tener esperanza.
Tenga cuidado con estar en conflicto con la moral y con su conciencia. No haga pues cosas de las que tenga que arrepentirse después. Vivir en el sí y en el no, produce tensión y esto lleva al stress. Trate de estar en paz con todo el mundo. La enemistad y el rencor agotan y le quitan energía.
Acérquese más al Señor. El dijo: - Vengan a mi los que estén cansados y agobiados y yo los aliviaré. Jesús nos da la paz, la alegría, el amor. El puede devolvernos la energía que nos hace falta. El puede ayudarnos en todo porque ¡CON EL SOMOS INVENCIBLES!.
Autor: Mons. Rómulo Emiliani, c.m.f.