Ten una idea clara de cómo deseas para ti a tu niño, sin deseos no puedes educar.
Aprender a ver al niño como él es, el amor a la realidad es el principio de toda educación.
El sexo del niño es una realidad, acepta esa realidad de todo corazón.
Tu niño es un ser independiente, no el producto de sus padres.
No eches a perder a tu niño, con una necia admiración.
Si tu niño no es brillante en la escuela, debes saber que hay algo mejor que la inteligencia.
No compares a tu niño con otros, que según se dice son mejores, más bonitos o más listos.
Cuando tu niño refleje, como un espejo, tus debilidades y faltas, ¡no rompas el espejo!
Los niños son huéspedes, no te pertenecen, ¡ Después de Dios, se pertenecen a sí mismos!
Autor desconocido.