Todos aspiramos a ser felices o a ser más felices de lo que ya somos ahora mismo. Es el deseo universal y es una muestra de conciencia elevada aceptar este hecho con naturalidad, alegría y entusiasmo.
Por el hecho de tener un cuerpo físico y por el elevado grado de olvido de que nuestro verdadero ser es invisible, es que la felicidad parece algo muy difícil de alcanzar. La buscamos partiendo de la óptica de la materialidad, mientras que ésta, nunca se ha encontrado allí. Debido a eso, no comprendemos, en su totalidad, el concepto de que todo se encuentra dentro de nosotros.
Nos preguntamos…
¿Cómo es que puedo obtener dinero, buenas relaciones, un buen ambiente laboral, salud y otras cosas que no sea encontrándolas allá a fuera?
¿Cómo es que puedo crear dentro de mi todas esas cosas que necesito ver en mi realidad física para sentirme feliz?
Quiero decirte que ya somos y que ya tenemos todo eso que necesitamos, que lo que realmente está sucediendo es que estamos bloqueando su manifestación.
Piensa en un joven sano y feliz, observa cómo se relaciona tan libremente con las demás personas. Ahora piensa en un joven que fue maltratado en su infancia y observa cómo esa relación con los demás se hace menos fluida, más tímida y hasta temerosa.
Todo lo que fluye en nosotros es lo que de alguna manera se encuentra sano y todo lo que no fluye se encuentra entorpecido por alguna mala experiencia, por algún trauma, por una idea errónea de nosotros mismos o por algún bloqueo que nos ha marcado desfavorablemente.
Si existiera una mayor expresión del amor en la sociedad, no existirían los bloqueos y los traumas, el bien fluiría libremente hacia nosotros, las experiencias serían abiertas, confiadas, libres de juicio. Sin embargo, eso no es así. El miedo está muy presente en todo momento y su presencia genera los bloqueos que impiden toda la abundancia de cosas buenas.
Los bloqueos no son físicos. Son generados a niveles mentales, emocionales y espirituales. Por eso es que toda manifestación del bien en la realidad física dependerá de la cantidad y la calidad de energía que fluye dentro de nosotros. Tus estancamientos nunca se deben a que no tengas los medios materiales o porque no tengas el tipo de relaciones que crees necesitar. Tus medios materiales y tus relaciones dependen del fluir de tu energía vital y creadora. A mayor estancamiento, mayor es la carencia de ellos.
Entonces tu plan hacia la felicidad consiste en diseñar una estrategia interna para liberar esa energía que se encuentra bloqueada en tu interior.
Quieres obtener algo para vivir la experiencia placentera que ese algo te proporcionará. Pero toma conciencia de que es la sensación placentera la que atraerá esa experiencia hacia ti. Tienes que idear un plan para llegar a esa sensación placentera antes que ninguna otra cosa.
Tu plan hacia la felicidad no se realiza diseñando las estrategias de acciones que tienes que realizar. Se realiza cuando diseñas la ruta adecuada para llegar a sentir dentro de ti ese bien antes de obtener tus logros.
Cuando se obtiene algo sin haber hecho esa ganancia de energía interna dentro del propio ser, esos logros no serán verdaderos o no serán duraderos.
En alguna parte de tu existencia terrenal se ha producido el bloqueo mental, emocional o espiritual que impide que te sientas libre y feliz. Es importante que puedas darte cuenta de que todo bloqueo corresponde a algo irreal que puedes abandonar o superar.
Tu energía se encuentra lista para fluir hacia las mas increíbles experiencias, solo tienes que permitir que se exprese. Acepta que está allí, retira el tapón y déjate sentir la alta vibración de todo lo que mereces por ser quien eres.
Patricia González